SANTIAGO. De mi paso por el Ministerio de Relaciones Exteriores en los años ochenta, donde fui llamado a organizar un Departamento de Comunicación, me quedó la desagradable experiencia de comprobar que en muchas instancias de la sociedad no se comprende el rol de la diplomacia y las delicadas funciones del servicio exterior y el equipo de funcionarios que lo apoyan desde la sede del ministerio.
Quizás esto lo alimenta la extendida práctica de usar el servicio exterior para “becar” estudiantes y amigos, políticos y gentes de otras especies humanas que poco o nada pueden hacer en una misión para la que no están preparados. Aunque el actual canciller, Roberto Álvarez, profesional experimentado en el área, ha hecho avances notables para cambiar este escenario, quedan muchos ajustes que hacer. Ojalá pueda seguir avanzando en esa tarea, porque en los últimos dos años se siente un cambio de calidad en la presencia dominicana en los escenarios internacionales.
La presencia es mucho más dinámica y se acrecienta el liderazgo del país en los escenarios que nos son propios. Por ejemplo, la República Dominicana es cocreadora de la Alianza para el Desarrollo en Democracia (ADD) junto con Panamá y Costa Rica, una de las iniciativas más dinámicas y originales en América Latina y el Caribe, a la que ahora se sumó Ecuador.
El cambio de la gestión se nota en el sensible tema de la crisis de Haití. La diplomaría dominicana, con el mismo presidente Luis Abinader y Roberto Álvarez a la cabeza, ha tocado la campana en todas las tribunas, y reclama atención al tema. Su voz se ha escuchado en los principales escenarios.
¿Por qué países como el nuestro, por qué Republica Dominicana necesita una presencia internacional dinámica, activa, inteligente? ¿Por qué invertir tantos recursos económicos y humanos en las relaciones internacionales?
Una periodista de la televisora estatal, a propósito de la reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), que tiene lugar aquí, le hizo la pregunta (no con las mismas palabras, ni construida de igual manera) a Hugo Rivera, un experimentado viceministro de Relaciones Exteriores que se ocupa de los asuntos económicos y la cooperación internacional.
Hugo Rivera coordinaba este miércoles la reunión de los delegados técnicos y políticos de los ocho países del SICA a cargo de preparar los borradores de los documentos que servirían de base a los cancilleres reunidos ayer, para redactar el borrador de la declaración que aprobarán los Presidentes y jefes de delegación presentes.
Su respuesta fue breve. Lanzó una frase que resumen la necesidad de que existan entidades como el SICA o la recién creada Alianza para el Desarrollo en Democracia. Dijo: tenemos que hacerlo porque “juntos somos más fuertes”. Juntos podemos buscar y crear mejores espacios para el comercio, los encadenamientos productivos y asumir la defensa de los intereses comunes en todos los escenarios. Es así. Existimos en “la aldea global” en la que nada nos es ajeno. Necesitamos estas entidades y muchas otras, y un profesional equipo de diplomáticos.