El nuevo período de gobierno que inició en agosto ha sido objeto de denuncias, quejas y reclamos que circulan en las redes sociales y en medios de comunicación y que han llevado al propio presidente Luis Abinader a dar la cara y a serenar a los “inconformes”, incluyendo a seguidores del partido oficialista.
Hace poco, se le zafó a alguien del gobierno decir que las fiestas navideñas no iban este año y que estaban prohibidas, posiblemente en respuesta al fracaso que tuvo la reforma fiscal y con la que el gobierno pretendía recaudar más de 122 mil millones de pesos.
Pero, lo que al parecer se les olvidó a los funcionarios que hablaron o bromearon con el tema de las “triviales” celebraciones callejeras o las fiestas del tren de gobierno, es que vivimos en un país donde primero que todo se baila y se bebe, y que la chercha es parte de la idiosincrasia del dominicano y que sin “teteos” no hay Navidad que valga.
Evitando un boomerang de comentarios desfavorables, Abinader aprovechó su Semanal para anunciar al país que las fiestas van y que se incrementarán, dejando inhabilitado cualquier otro reclamo respecto al jolgorio festivo navideño.
El presidente también ha tenido que lidiar con otros temas cruciales y de interés colectivo que preocupan a la nación y que han puesto en tela de juicio la gobernabilidad e imagen del gobierno.
Entre estos citamos: la mal elaborada reforma fiscal, que fue abortada, y el tema migratorio, específicamente con las deportaciones de haitianos, los conflictos en la frontera, las parturientas en nuestros hospitales y el impacto de la mano de obra en sectores importantes de nuestra economía.
Por otro lado, la gente se queja de la ralentización que hay en la mayoría de las obras que se ejecutan, tanto en el Gran Santo Domingo, como en Santiago, por los inconvenientes que generan, sobre todo las viales.
En este caso, se critica la lentitud del ministerio de Obras Públicas en la terminación de obras importantes como son: el tramo C de la línea 2 del Metro de Santo Domingo, que abarca el kilómetro 9 hasta el municipio de Los Alcarrizos, el cual estaba supuesto a estar listo y entregado en enero de este año. El trayecto consta de 7.3 kilómetros y tendrá cinco estaciones.
También inició la ampliación de la línea 1 desde la estación Mamá Tingó hasta Punta de Villa Mella con la intención de mejorar la movilidad en la populosa zona.
En la avenida 27 de Febrero con Isabel Aguiar, abarcando la Gregorio Luperón, también se comenzó el paso a desnivel. Estos trabajos han tenido altibajos por el volumen del tráfico que circula por ahí y que conecta el casco urbano con los sectores que bordean la prolongación de la 27.
Por otro lado, el gobierno está siendo presionado por los gremios de maestros y médicos. Estos últimos lograron pactar un aumento de un 25% luego de varios intentos, habiendo amenazado con paralizar los hospitales públicos por 4 días consecutivos.
Mientras que la ADP, la poderosa entidad magisterial, mantiene paros escalonados en las escuelas también en reclamo de nuevos aumentos salariales y beneficios colaterales para ese sector.
