La reciente victoria de Marileidy Paulino en los juegos olímpicos de París, es de inspiración y orgullo. Ser la primera mujer dominicana en ganar una medalla de oro en los 400 metros es un récord olímpico que ella pudo escribir en la historia del deporte a nivel mundial gracias a su disciplina y perseverancia.

Su logro es un claro recordatorio de lo que nuestros niños y jóvenes pueden alcanzar cuando se les brinda el apoyo y las oportunidades adecuadas. Desafortunadamente, muchos niños y jóvenes en nuestro país no tienen la misma suerte que Marileidy, muchos se ven obligados a pasar sus días luchando por la supervivencia en lugar de poder explorar sus intereses y desarrollar sus talentos.
Debemos hacer más para cambiar esta realidad. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que todos nuestros niños tengan acceso a programas deportivos de calidad, instalaciones adecuadas y el apoyo adecuado de los Gobiernos. Pensar que esa chica que hoy pone el nombre de nuestro país en todos los escenarios más importantes en el mundo inició su pasión de correr descalza nos deja una gran lección.

Hay que trabajar políticas públicas tendentes a formar niños que puedan desarrollar sus talentos, que prefieran el deporte a quedarse pegados en un celular dando me gusta o viendo Tik Tok.

Esto no solo les brindará la oportunidad de mantenerse activos y saludables, sino que también les ayudará a desarrollar habilidades valiosas como el trabajo en equipo, la disciplina y el liderazgo, que tanta falta hace en estos tiempos modernos.

Más allá del deporte, también debemos alentar a nuestros niños a explorar otras pasiones, ya sean artísticas o académicas. La victoria de Marileidy, la humilde chica de Nizao, es un recordatorio emocionante de lo que es posible lograr cuando se apuesta e invierte en el desarrollo de nuestros jóvenes.

Es por eso que esta victoria es motivo de felicitación también para Creso, una fundación que ha llegado para llevar al siguiente nivel a nuestros atletas, combinando su talento con la educación, algo que hace mucha falta y de lo que carecen otras generaciones de atletas dominicanos que no pudieron contar con ese apoyo.

Nuestro futuro como nación depende de la próxima generación, por lo que debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que cada niño tenga la oportunidad de seguir sus sueños. Solo entonces podremos construir una sociedad más próspera, equitativa y llena de logros inspiradores como el de Marileidy Paulino.

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