Han pasado ya 24 horas de las elecciones presidenciales y congresuales, una fecha que muchos dominicanos querían que llegara, sobre todo, porque necesitan que las aguas vuelvan a su caudal y que el país continúe con la vorágine productiva que tanto necesitamos.
La política es interesante para los dominicanos, pero al mismo tiempo los agobia, por aquello de que vivimos en política todo el año. Los políticos no han respetado que “hay un tiempo para cada cosa y una cosa para cada tiempo”, lo que produce cierto hartazgo en la gente.
El día después de las elecciones debe ser bueno para algunos que si todo sale como las encuestas señalaron estarán celebrando en este momento, para otros, será un día de descanso y desconcierto al mismo tiempo, puesto que no contaron con el favor del voto de los dominicanos. Muchas lecciones por aprender, siempre y cuando las quieran notar.
Ese debería ser el espíritu que mueva en este día a los candidatos de los diferentes niveles que estuvieron en esta contienda electoral; para aquellos que ganaron y para los que perdieron: reflexión es la palabra más certera y prudente.
En tiempos de incertidumbre, cuando las divisiones parecen dominar el panorama político, es crucial recordar que las autoridades elegidas representan a todos los ciudadanos, no solo a un grupo en particular.
En las recientes elecciones, los dominicanos han hablado y han elegido a sus líderes. Independientemente de si nuestros candidatos preferidos ganaron o perdieron, ahora es el momento de dejar atrás las diferencias y unirnos en torno a una visión común: el bienestar de nuestro país.
Las autoridades electas, tienen la responsabilidad de gobernar para todos los dominicanos. Su objetivo debe ser trabajar incansablemente para mejorar la calidad de vida de cada ciudadano, sin importar sus afiliaciones políticas y nosotros debemos apoyarlos en esta tarea, dejando de lado nuestras preferencias personales y anteponiéndolas al bien común.
Los líderes políticos deben ser conscientes de esta realidad y actuar en consecuencia. Deben tender puentes, escuchar todas las voces y tomar decisiones que beneficien al país en su conjunto.
Solo mediante el compromiso y la acción de todos podremos transformar nuestras diferencias en fortalezas. Juntos, podremos superar las rivalidades, fomentar el diálogo y trabajar por un país más justo y próspero.
Este es el desafío que enfrentamos y la oportunidad que tenemos frente a nosotros. Sigamos adelante, por el bien de la República Dominicana.