Muchas lecciones por aprender han quedado tras el torneo electoral, en espera de que la sensatez política se siga imponiendo en esta “nueva política”.
Al llegar al poder en 2020 el Partido Revolucionario Moderno (PRM), con Abinader, desde fuera se veía una práctica diferente de gobernar, que no necesariamente era compartida por sus propios funcionarios y menos por sus opositores.
Un presidente que hablaba con la prensa tantas veces fuera necesario y que asistía a los actos menos pensados en los que pudiera estar el primer hombre de la nación, como la inauguración de un hotel o una tienda por departamentos. Antes era impensable para el imaginario del anillo que suele “proteger” y elaborar la agenda a los gobernantes. A eso hay que agregarle que pese a tener bajo su tutela funcionarios de primera línea él, Luis Abinader, en este primer período como mandatario, decidió asumir directamente situaciones que pudieron poner en entredicho las ejecuciones de su gestión. Por eso, en innumerables veces lo vimos llegar a reuniones y convocar al Consejo de Gobierno para dar respuesta a temas que se convirtieron en prioridad para él.
Una de las prácticas que también marcaron estos cuatro años de gobierno y a la que la oposición le sacó mucho filo, fue la capacidad de reconocer públicamente los errores y de “recular”, si era necesario ante una decisión que no fue acertada.
Las señales de madurez política asomaron cuando por primera vez un mandatario felicitó a un político opositor por algún mérito, como sucedió con Juan Ariel Jiménez al ser designado profesor en la Universidad de Harvard.
Ya en la campaña, -muy atípica para lo que estábamos acostumbrados-, las señales de madurez se pusieron de manifiesto cuando por primera vez Luis Abinader aceptó a debatir con sus contrincantes, al entender que esa acción contribuía con el desarrollo de la democracia.
En ese mismo escenario, se vivieron momentos de sensatez que marcaron un nuevo capítulo para el ejercicio político.
A menos de dos horas de cerrar las votaciones, los candidatos opositores tuvieron la capacidad de llamar al mandatario reeleccionista y reconocer su triunfo, lo que también es una señal de que estamos avanzando. La población necesita que su representantes políticos sepan actuar al nivel de las circunstancias teniendo como norte sobre todo, el bienestar colectivo, por encima del particular.