En estos días de decretos y de ratificaciones hay quienes se han salido con las suyas. Tras la juramentación del presidente Luis Abinader, el pasado 16 de agosto, algunos funcionarios que le acompañan desde su primera gestión estaban nerviosos puesto que se esperó hasta el último minuto para ratificarlos en su posición.
Hay varios motivos para ratificar un funcionario en una posición, una de ellas y debe ser la principal, es su eficiente desempeño, otro puede ser, que no encuentren sustituto oportuno en el momento y un tercer motivo es que su destitución no sea oportuna puesto que se realizarán acciones concretas en los días siguientes, que necesitan de su intervención para concluir un trabajo.
En el caso del ministro de Educación, Ángel Hernández, una de las ratificaciones más cuestionadas de esta gestión que inició el pasado 16 de agosto, es evidente que estamos en la víspera del nuevo año escolar, de alguna manera sería un impacto mayor destituirlo en un momento tan estratégico para la educación.
Aunque es sabido su compromiso con la educación, su dedicación y entrega a los desafíos que lleva consigo uno de los derechos fundamentales: educar; de igual manera es importante que quien asuma esta posición tenga la capacidad en lugar de atomizar y enardecer las gremios, convivir con ellos, y aunque no debe ser benevolente como para estar a su merced, sí es importante saber escucharlos y encontrar la capacidad de poder trabajar juntos.
Este ministro ha dado declaraciones que han dejado a más de un dominicano perplejo, como cuando recientemente el Tribunal Superior Administrativo (TSA), emitió una sentencia que obliga a la enseñanza en las escuelas de la Constitución Dominicana, el Medio Ambiente y la Seguridad Vial, materias fundamentales en el desarrollo de los niños y jóvenes de hoy. No obstante, el ministro se atrevió a decir que él apelará esa sentencia, lo que para ello, evidentemente gastaría recurso técnico y económico, en lugar de aprovecharlo en implementar dichas clases o material en un currículum estudiantil que cada vez más es obsoleto. El presidente Abinader ha hecho un compromiso con el pueblo dominicano y con la educación, eje transversal para el desarrollo de toda nación y es importante que tenga claro que todos estamos expectantes ante los resultados que podamos tener a partir de este compromiso. La educación dominicana debe ser lo que una vez fue y para eso se necesita mucha voluntad política.