En la República Dominicana, la falta de reconocimiento hacia figuras cruciales como Florinda Soriano, conocida como Mamá Tingó, es un reflejo de una narrativa histórica que a menudo obvia las contribuciones de las mujeres y de aquellos que han defendido los derechos de los más desfavorecidos. Mamá Tingó es un ícono de la lucha social, es un símbolo de resistencia y dignidad. Nacida en Villa Mella, su vida estuvo marcada por la lucha en defensa de los campesinos y la tierra como parte de la Federación de Ligas Agrarias Cristianas, lucha que le costó la vida. Sin embargo, su nombre y su legado ha sido relegados a un segundo plano en los libros de historia dominicana (aún no aparece), han pasado 50 años desde su asesinato, fecha que recordamos el pasado 1 de noviembre y aún nadie se inmuta por resarcir este olvido.
La ausencia de figuras como Mamá Tingó en la narrativa oficial no solo es un desliz histórico; es una pérdida cultural que empobrece nuestra comprensión colectiva como nación.
La historia puede moldear la identidad nacional y cuando se omiten nombres y relatos significativos, se está construyendo una memoria colectiva incompleta, es un acto que lleva más bien a una memoria selectiva y de alguna manera sesgada, a expensas de quien la cuenta.
Es importante que comencemos a honrar a los hombres y mujeres que han sido parte importante de nuestra historia, con sus luchas y aportes, esos que no han tenido la oportunidad de que otras generaciones conozcan de sus hazañas.
No podemos permitir que el relato histórico siga siendo un terreno exclusivo para unos pocos. Es crucial que los educadores, historiadores y responsables de la creación de contenidos educativos se comprometan a rescatar y a dar visibilidad a las figuras “olvidadas” de nuestra historia.
Esto no solo implica la inclusión de nombres en los libros de texto, sino también la promoción de investigaciones que profundicen en sus vidas y legados. Nuestra historia es rica y multifacética, y merece ser contada en toda su extensión, pese a que los propios historiadores dominicanos han expresado que no es posible recoger todas las hazañas en un libro. Es necesaria una revisión crítica a los libros de texto de historia e incluir a figuras como Mamá Tingó cuya contribución a la lucha por los derechos sociales y valentía son lecciones que deben ser compartidas. Es la única manera de construir un relato histórico que verdaderamente represente la riqueza de nuestra nación.