En el panorama actual, el oficialismo maneja varios problemas, con un paquete de reformas pendientes, algunas ya en proceso y otras en turno, y el reto de atender otros temas nacionales, tanto estructurales como de coyuntura. Es así, pero su situación es envidiable si se compara con la de los partidos opositores, los cuales ni siquiera han podido capitalizar las fallas y debilidades del gobierno del PRM. La oposición, que básicamente representan el PLD y la Fuerza del Pueblo, va forzada, como en un camino empinado.
Los temas
La oposición ha estado buscando temas para hacerse sentir, con la finalidad de hacer el contrapeso al oficialismo, lo cual es legítimo y necesario. En ese proceso ha identificado dos temas que han generado debates interesantes en el plano jurídico, pero que hasta ahora no le han generado rentabilidad política. La demanda de sectores opositores para que se realicen nuevas elecciones en La Vega para escoger las autoridades municipales, y por otro lado, el planteamiento de que la reforma constitucional, al menos en uno de sus aspectos, debe ser validada por un referendo aprobatorio, son posturas que han obligado a opinar a gran parte de los juristas del país. En ambos casos, los que defienden una u otra posición han expresado sus argumentos, sin que se logre un consenso ni en la comunidad jurídica ni mucho menos entre los actores políticos del país.
Cuidado con lo que se desea
Aun en el caso de que ambos temas tengan el desenlace que plantea la oposición, no significa que esta pueda cosechar una victoria política. Por ejemplo, si se estableciera la obligatoriedad legal de hacer elecciones en La Vega, lo más probable es que el oficialismo vuelva a ganar, con un margen similar al obtenido en febrero. Lo mismo se podría decir del referendo. Si se concluye en que se necesita un referendo para validar el “candado”, o cláusula pétrea, el presidente Luis Abinader tendría la oportunidad de demostrar qué tanto apoyo genera esa propuesta en la ciudadanía. Eso podría ser un bumerán para morados y verdes.