Desde afuera se ve a la dirigencia de la Fuerza del Pueblo persistir en lo que parece un grave error político. Pero se supone que los principales dirigentes de ese partido, entre ellos el tres veces presidente de la República, Leonel Fernández, son políticos expertos y veteranos, con niveles de conocimiento e información por encima del resto de la población, y que conocen “los hierros de su camión”. Por más evidente que se vea el fallo, hay que darles el beneficio de la duda. Parecería que ellos, los jefes de la FP, saben algo que los demás mortales no saben.
Lo que se ve
El cuadro que se ve es a una dirigencia empeñada en que se mantenga el actual secretario general, aunque hay otras dos figuras relevantes que aspiran al puesto. Se pretende mantener a Antonio Florián por encima de las nuevas propuestas que encarnan Franklin Rodríguez y Dionis Sánchez. Al principio se guardaban las formas y parecía que era un simple rumor la versión de que Peñita es el ungido, pero cada vez hay más señales de que es así. Se habla de lealtad y agradecimiento, pero el asunto es que en un escenario en el que el presidente y el vicepresidente van a ser reelectos de manera unánime, con el único cargo de importancia que se puede propiciar un verdadero ejercicio de democracia interna es con la secretaría general.
Riesgos
La imposición de un candidato, además de cercenar la democracia interna, tiene varios riesgos, como el de convertir en dirigentes disgustados a figuras de la talla y relevancia de Rodríguez y Sánchez y quienes los apoyan, además de crear ruidos internos en un partido que hasta ahora ha mantenido la cohesión. El mensaje hacia afuera sería fatal, y eso no le luce a una organización cuyo origen está vinculado a la crítica y negación de prácticas antidemocráticas. Aun en este panorama, un alto dirigente hablaba ayer de “control de riesgos”…