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Hay aspectos en el estilo de Luis Abinader que son un reflejo de sus convicciones muy personales, y ahora no son considerados positivos ni mencionados como logros, pero marcan un antes y un después en el ejercicio del poder. La despolitización de órganos constitucionales y la independencia del Ministerio Público, por ejemplo, forman parte de su discurso, y son ideas que tienen tanto defensores como detractores.
Político que despolitiza
Mantener a los políticos fuera de la Junta Central Electoral (JCE), de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y de las altas cortes como el Tribunal Constitucional (TC) y el Tribunal Superior Electoral (TSE), así como de otros organismos constitucionales como el Defensor del Pueblo ha sido una meta de Abinader, basada en un principio suyo, a veces no muy comprendido por sus compañeros de partido y aliados. De hecho, Eddy Olivares, uno de los dirigentes del PRM que más dominan los asuntos electorales no pudo ser presidente de la JCE en el 2020, pese a que contaba con gran apoyo en el Senado, porque se impuso el criterio de Abinader.
Independencia del Ministerio Público
Más controvertida aún es la posición de Abinader, y que se ha convertido en uno de sus sellos, de propugnar por un Ministerio Público independiente, lo cual piensa incorporar en la Constitución de la República. Los que objetan esta postura tienen posiciones distintas. Unos alegan que ya el Ministerio Público es independiente, y no hay que reformar la Constitución y otros señalan que sería un error que un presidente ceda su facultad de nombrar a procuradores y fiscales.
El cambio
No todos están de acuerdo con la postura de Abinader en estos dos aspectos, pero es posible que se logren cambios en la práctica en ambos casos. Por ejemplo, es difícil que a partir de ahora algún partido quiera colocar a un dirigente activo al frente de un organismo como la JCE. En el segundo caso, si se logra la reforma constitucional, ya no se verá a un miembro de la dirección de una organización política como procurador general de la República.
