El sistema electoral de los Estados Unidos ha sido un tema de interés -y en muchos casos causa de confusión- incluso para los votantes estadounidenses. A continuación, intentamos responder algunas de las principales interrogantes sobre cómo se eligen los presidentes en este país y cómo se origina este sistema de votación.

¿Cómo se eligen los presidentes en Estados Unidos?

El presidente y vicepresidente de Estados Unidos no se eligen directamente por voto popular, sino mediante un sistema conocido como colegio electoral, en el cual cada estado tiene un número de electores equivalente a su representación en el Congreso (es decir, la suma de sus senadores y representantes) y por quienes también se vota en las elecciones nacionales.

En los Estados Unidos hay 100 senadores (2 por cada estado) y 435 representantes (diputados). A esto hay que añadir 3 electores que son asignados a Washington D.C.-que no tiene senadores ni diputados por no ser un estado- pero hay que contar el voto que emiten sus ciudadanos. Siendo esto así, la suma total de votos electorales asciende a 538 (100 Senadores, 435 diputados y más los tres 3 de Washington D.C). El ganador de las elecciones presidenciales es el candidato que obtiene la mayoría simple de los 538 votos electorales, equivalente a 270.

Para darles un ejemplo, California, el estado con mayor población, tiene 54 votos electorales (dos senadores y 52 diputados), mientras que Wyoming, uno de los estados con menor población, tiene solo 3 (dos senadores y un diputado). Esta distribución asegura que cada estado tenga una representación en el Colegio Electoral (3 en el límite inferior porque cada estado tiene 2 senadores y como mínimo un congresista), pero a su vez otorga una sobrerrepresentación a los estados más despoblados, como como se puede observar en el siguiente ejemplo: California con 38.9 millones de habitantes tiene 54 votos electorales equivalentes a 1 voto electoral por cada 720 mil habitantes; mientras que Wyoming con 580 mil habitantes tiene 1 voto electoral por cada 193 mil habitantes).

¿Cómo se ganan las elecciones en cada estado?

En 48 de los 50 estados y en Washington D.C., el candidato que obtiene la mayoría de los votos populares se lleva todos los votos electorales, en un sistema en que “el ganador se lo lleva todo” (por ejemplo si se gana California por un voto o por un millón, se tienen 54 votos electorales). Los estados de Maine y Nebraska son excepciones, porque asignan sus votos electorales de manera proporcional según los resultados obtenidos en cada distrito legislativo y en el total estatal. Al momento de escribir este artículo, los republicanos están presionando al congreso unicameral de Nebraska para cambiar del sistema proporcional al del “ganador se lo lleva todo”. Este es un estado republicano, la última vez que los demócratas ganaron los 5 votos electorales de Nebraska fue en 1964 con Lyndon B. Johnson; aunque Barack Obama y Joseph Biden ganaron uno de los cinco votos electorales con su victoria en el 2do distrito en el 2008 y 2020, respectivamente.

El sistema de Colegios Electorales permitió que presidentes como George W. Bush (en el 2000) y Donald Trump (en el 2016) ganaran la presidencia de los Estados Unidos con menos votos populares que sus rivales. Bush ganó con unos 492 mil votos menos que Al Gore, y Trump con casi 2.9 millones de votos menos que Hillary Clinton.

¿Qué sucede después de las elecciones?

Una vez se cuentan los votos populares en cada estado, los electores del Colegio Electoral se reúnen en sus respectivos estados para emitir oficialmente sus votos para presidente y vicepresidente (como se dijo anteriormente, al momento de las elecciones cuando se emite un voto por el presidente, se está eligiendo también a un elector, es decir hay 54 electores que han sido elegidos por cada uno de los votos electorales de California). Aunque estos electores son representantes de mucha confianza de los partidos y votan de acuerdo con los resultados de su estado, ha habido ocasiones en las que algunos de ellos, conocidos como “electores infieles”, han votado en contra de la voluntad popular, lo cual ha llevado a varios estados a promulgar leyes para evitar este tipo de conductas.

Posteriormente, los votos electorales certificados por cada estado se envían al Congreso de la nación, el cual se reúne en una sesión conjunta en enero -presidida por el vicepresidente, en su rol de presidente del Senado- para contar los votos y anunciar formalmente al ganador. En esta sesión de da a conocer el resultado final de las elecciones nacionales (esta sesión conjunta del Congreso fue la que se trató de impedir se celebrara el pasado 6 de enero de 2020).

¿Qué pasa si ningún candidato obtiene los 270 votos electorales necesarios?

En caso de que ningún candidato logre obtener la mayoría de los votos electorales (debido a un empate o la aparición de un tercer candidato que haya contado con un importante número de votos como para impedirlo), la elección presidencial se decide en la Cámara de Representantes. En este escenario, cada estado emite un solo voto para elegir al presidente, independientemente de su tamaño o población, conforme lo hayan decidido en una votación interna los representantes de ese estado. Si esta votación resulta en un empate, el estado se abstiene de emitir su voto en la elección del presidente. En caso del vicepresidente será el Senado que lo elija, en una elección en la cual cada senador tiene un voto. Si dicha elección resulta en un empate, el vicepresidente será el responsable de emitir el voto del desempate.

El mecanismo que involucra a la Cámara de Representantes en la elección del presidente solo ha sido utilizado en el año 1824, cuando Andrew Jackson ganó el voto popular, pero no la mayoría en el Colegio Electoral, y la Cámara de Representantes eligió a John Quincy Adams como presidente, en lugar de elegir a Jackson que contaba con mayoría del voto popular de los ciudadanos.

¿Constituye el colegio electoral un sistema justo y funcional?

El “Colegio Electoral” fue el resultado de un compromiso entre los fundadores de Estados Unidos durante la Convención Constitucional de 1787. Estos temían que el voto popular directo no siempre garantizara la elección de los líderes más competentes, además que se buscaba un sistema intermedio que combinara la voluntad popular con una representación “justa” para cada estado.

Aunque el Colegio Electoral ha sido el utilizado por la democracia estadounidense durante casi 250 años, ha sido objeto de duras críticas, especialmente cuando los resultados no han reflejado el voto popular, como en las elecciones del 2000 y 2016 mencionadas anteriormente. Sin embargo, su posible modificación requeriría de un cambio en la constitución que sería muy difícil de consensuar (desde su ratificación en 1789, la constitución de los EE.UU. ha sido objeto de solamente 27 modificaciones, de las cuales 10 que hacen relación con la “Declaración de los Derechos del Ciudadanos”(as) fueron ratificadas en 1791).

Puestos a escoger entre el radicalismo de Margaret Thatcher, que afirmaba que “el consenso es la ausencia de todo principio”, y la prudencia de Benjamín Franklin -que decía que “mientras los conciliadores no devienen en grandes héroes, son los constructores de democracias” los fundadores de los EE.UU. optaron por la conciliación y la prudencia para construir su democracia.

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