El 16 de febrero del próximo año elecciones municipales y el 17 de mayo elecciones presidenciales y congresuales. Es decir restan menos de tres (3) meses para las municipales y menos de seis (6) meses para las presidenciales y congresuales.
Desde las primeras elecciones democráticas después de la tiranía de Trujillo el 20 de diciembre de 1962 han transcurrido 57 años. Son muchas las aspiraciones y sueños de la sociedad que han ido y venido en cuanto a avanzar por la vía de la política; pero vale decir que también ese tiempo ha puesto en clara evidencia que la política ha oscilado entre dos de sus formas extremas en que se conceptualiza y habría que preguntarse hoy respecto al balance entre ambas, es decir ¿Ha sido la política la lucha de individuos y grupos para conquistar el poder que los vencedores utilizan para su provecho? O ¿Ha sido la política en igual período una forma de utilizar el poder público para lograr objetivos de bien común, es decir para beneficio de la sociedad?
La percepción reflejada en distintas encuestas a través del tiempo y muy fuertes evidencias del ejercicio político parecen inclinar el balance por la primera de las interpretaciones.
Dirigir el Estado para promover el avance de la sociedad ha sido el deber ser de la política; pero el ser de la política, es decir qué ha ocurrido en la realidad, cuestiona ampliamente tal enfoque a partir de sus resultados.
¿Qué vemos más allá de las fronteras nacionales? Lo cierto es que en la mayoría de los países del mundo no se presentan significativas diferencias en cuanto al accionar político.
El proceso de transformación social en el sentido de su verdadero progreso es más lento que lo que se hubiese podido imaginar al inicio de ese período cuando junto al himno nacional, los himnos de las organizaciones políticas, lemas y slogan proyectaban el progreso social, hermosas aspiraciones, grandes sueños. En cambio un balance de las tareas pendientes desde el Estado y la propia realidad hoy de sus distintos poderes Electoral, Municipal, de Control Estatal, Legislativo, Judicial y Ejecutivo, muestran fehacientemente el tan lento ritmo de los cambios.
A pocos meses de las elecciones nacionales para quienes ejercen la actividad política sin distinción y para la sociedad toda, 57 años después, procede para algunos severas sanciones y un adiós, para otros la crítica y autocrítica por comisión u omisión y para la sociedad, junto a lo anterior, una profunda reflexión y el sincero compromiso en cuanto a hacer girar la política, aun sea lentamente, hacia el elevado propósito del bien común.