El rol de las misiones de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha sido un sello distintivo de este organismo. Sin embargo, en estos últimos tiempos y sobre todo, desde la Secretaría General de Luis Almagro, las misiones electorales en lugar de asesorar, acompañar y apoyar los procesos electorales lo que han venido haciendo es tomar partido, profundizar y exacerbar las divisiones internas con una clara agenda política, por razones ideológicas y ahora, como estrategia para conseguir votos para Almagro, con la clara complicidad de los Estados Unidos.
Esto se vio con claridad en las elecciones de Honduras, en noviembre de 2017, donde a pesar de todas las irregularidades encontradas, tanto por la propia OEA, la Unión Europea y otros observadores internacionales, se avaló el triunfo del actual presidente de ese país.
Esta situación se ha visto seriamente agravada desde que Almagro decidió presentarse a la reelección, (había prometido que no se reelegiría cuando fue electo como secretario general) utilizando este mecanismo de observación electoral como herramienta para garantizar votos a su favor, casos Bolivia y Dominica. En este último no lograron su cometido por una intervención fuerte de la CARICOM.
En Bolivia promovieron un golpe de Estado, acelerando todo para tener un país más en favor de la reelección de Almagro. Han aplazado las elecciones en el país y todo el proceso de transición para que esto se lleve a cabo una vez pase el proceso de elección de la OEA.
El caso de la República Dominicana, debe analizarse con mucho cuidado ya que podría ser un caso de generación de incertidumbre e inestabilidad interna, que se manipula para colocar a la OEA y Almagro como garante o un mediador clave e imprescindible, y presionar su apoyo a la reelección.
Hay que tener total claridad de que las misiones de la OEA no son dirimentes, no tienen ni pueden tener el mandato para definir elecciones o proclamar triunfos o pérdidas. Lo mismo aplica a la Fundación Internacional de Sistemas Electorales (IFES, por sus siglas en inglés), esta, vendrá por su parte a avalar a la misma OEA. Por más que el ex presidente chileno Eduardo Frei esté al frente, todos los instrumentos de estrategias políticas en este momento y sus equipos son de Almagro.
Y como demostró en Bolivia, es muy grave como puede saltar por encima de una misión y sus objetivos e informes. Es decir, con esto pretenden tener chantajeado al gobierno para asegurar su reelección en la OEA.
Bajo estas premisas, de las estrategias de estos organismos y su marcado interés en este momento, el planteamiento del presidente del partido Fuerza del Pueblo, el ex presidente Leonel Fernández abre una gran interrogante ante el pueblo dominicano y la opinión pública nacional e internacional, al proponer la posible solución de la crisis electoral generada el pasado domingo 16, en manos de estos dos organismos internacionales bajo el control absoluto de los Estados Unidos de Norteamérica, para que realicen un análisis técnico forense, a sabiendas él, como estudioso de la geopolítica, que se estaría poniendo a la iglesia en manos de Lutero, sin olvidar, además, lo que ha padecido históricamente el pueblo dominicano como consecuencia de la injerencia estadounidense.
Con este análisis procuramos alertar a la sociedad dominicana, al liderazgo político amante de la paz, la libertad y la democracia, a unir sus voces, ideas y acciones en pro de una solución producto del dialogo y la decisión soberana de los dominicanos, sin ningún tipo de injerencia disfrazada de buenos deseos.
La Junta Central Electoral, como árbitro del proceso cívico y en base a la Constitución y las leyes del régimen electoral ha proclamado, en el día de hoy, el 15 de marzo próximo como la fecha para realizar las elecciones municipales suspendidas el pasado domingo 16; en esta convocatoria debe orientarse la voluntad política del liderazgo de los diferentes partidos y junto al pueblo elector, propiciar la vuelta a la calma, manteniendo el civismo que caracteriza a esta Nación.