A principios de esta semana, el Presidente Luis Abinader estuvo en Barahona y dio el primer picazo para iniciar la ampliación y remodelación del puerto industrial, con el propósito de convertirlo en un puerto multifuncional que sirva para transporte de carga y además para explorar el turismo de la zona con cruceros.
La idea es licitar la operación turística con operadores expertos en el área para recibir miles de cruceristas, lo cual crearía una dinámica comercial y generará a la vez miles de empleos, según enfatizó el mismo Presidente.
Esto es importante para República Dominicana pues los cruceros representan significativos recursos económicos. Cada barco llega a puerto con miles de turistas con poder adquisitivo y por lo general dispuestos a consumir. Por ello, la mayor parte de las islas del Caribe, aún las más pequeñas, hacen grandes esfuerzos por acondicionar sus puertos, mejorar su fachada, crear áreas de orientación al turista, incrementar sus niveles de seguridad, ofrecer atractivas opciones de excursiones y productos y en fin, prepararse para que las líneas de cruceros vean incentivos en llevar sus pasajeros a esos destinos.
Muchas de las islas que forman parte de las Antillas han logrado adecuarse de tal forma que reciben decenas de barcos casi todos los días a pesar de no tener las mejores playas, ni los paisajes más hermosos, ni los lugares más interesantes, ni las más atractivas actividades, ni en general más para ofrecer que nuestro país.
Islas tan pequeñas como Tórtola, con menos de 25,000 habitantes, ó Virgin Gorda, con menos de 5,000, constituyen habituales paradas de las más reconocidas líneas de crucero del mundo.
República Dominicana cuenta con bellezas naturales y atributos incomparables con los de las demás islas, pero por mucho tiempo no fue un destino preferido por las líneas y aún al día de hoy pareciera que estamos en “prueba y error” por los inconvenientes que se han presentado las veces que se han hecho “ensayos” con rutas por aquí , como taxistas sacando pistolas, organizadores de excursiones peleando por los clientes, “buscones” acosando turistas, venduteros estafadores, un río con mucha basura, incidentes que revelan deficiencias en la seguridad ciudadana, etc.
Algunas empresas de cruceros están tomando nuevos chances con nosotros y ahora con un puerto en Barahona tendremos una nueva oportunidad con mucho potencial, pero ello requiere un compromiso serio de las autoridades de turismo, un empoderamiento de los Ayuntamientos correspondientes para que tengan más recursos y mecanismos para accionar y una integración real de la comunidad en los planes y proyectos dirigidos a que el turista que visite al país en un crucero se sienta a gusto y con deseos de volver.