Anoten bien: El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), otrora poderosa organización política e imbatible en los procesos electorales, vive su peor momento… ¡atraviesa por una etapa altamente nebulosa!
En este trabajo no es mi intención zaherir la epidermis de la cúpula peledeísta y mucho menos quitarle la esperanza que pueda tener -con la llegada de una nueva época positiva- a su activa militancia.
Pero mucho menos parangonarlo con la negativa realidad que hoy abate al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) organización que, como el PLD, llegó a ser considerada como la mayor fuerza política del país que lideró el nunca olvidado dirigente José Francisco Peña Gómez.
Como la historia no se borra, recordemos que el PRD fue el partido que frenó (en las elecciones de mayo de 1978) la ambición del poder omnímodo y aterrador contra la democracia encabezado por Joaquín Balaguer quien tras 12 años de un régimen terrorista (despótico) en el que se cometieron crímenes de Estado. Por su terrible gobierno de los fatídicos 12 años a Joaquín Balaguer lo bauticé como El Déspota Moderno.
El PRD, después de su división (con la que nació el Partido Revolucionario Moderno, PRM, que hoy disfruta de las mieles del poder), con el tiempo (¡Oh implacable tiempo!), ha pasado a ser un “partidito” y sin perspectivas de éxito electoral.
Corroboro con el planteamiento hecho por la colega Yannesi Espinal, en su columna que publica en este diario, en el que le “pinta” al PLD un devenir gris.
Entre otros argumentos, expuso: “Al cumplir 51 años de existencia, el exitoso partido de la estrella amarilla está cada vez más disminuido, sin una figura presidencial definida al día de hoy y cada vez menos relevante en el escenario político, al salir de espacios como el Consejo Nacional de la Magistratura por el pobre desempeño electoral en las pasadas votaciones”.
Hay que precisar que en la etapa previa al proceso electoral del 2020, fue cuando empezó la debacle del PLD. Se agudizó -para ocasionar su colapso total- por la ida de su candidato natural, el expresidente Leonel Fernández.
La cúpula del PLD decidió, aunque sin hacer ningún cálculo político, llevar como candidato a Gonzalo Castillo quien, como se esperaba, no tenía ninguna posibilidad de salir airoso.
No obstante, Danilo Medina no se rinde. Ahora proclama que el PLD ya está en la calle y que la organización fundada por Juan Bosch se prepara para regresar al Gobierno.
Para consolidar su opinión, recuerda que “hay partidos -en clara referencia al PRM- que lo han hecho tan mal, que han tenido que esperar 14 o 16 años para volver al poder”.
Continuará.