El ex presidente Leonel Fernández ha usado, por boca de ganso -Peña Guaba-Gedeón- dos tesis-estrategia-engaños, si se quiere sociológicas, a partir de dos apreciaciones -una media-verdad y otra falsa- que él has fomentado: a) la primera, es la del partido de clientes o de transeúntes (miembros, simpatizantes o no, que, en su explicación o inferencia, tiene un valor equis o de promesa de campaña y cuya fidelidad a un determinado líder o proyecto político es cambiante -una suerte de transfuguismo interno-), muy extendida en nuestro sistema de partidos; pero que en el PLD no opera mecánicamente, pues de haber sido así, en la elecciones municipales de marzo-2020, Leonel no hubiese sacado 122 mil votos como sacó -en comparación a los casi 900 mil en las primarias abiertas-PLD octubre-2019 (¿adónde se quedaron o se esfumaron esos 700 mil votos menos?)-. Sencillo: se quedaron en su partido, el PLD; y b) la segunda, la de los “aguacates”, a todas luces un insulto-estigma a todos los peledeístas, pues, les incita a traicionar su partido -el mismo que siempre concibió, post cuatrienio 96-2000 y hasta su salida, como un feudo-bazar (“aparato”-partido) para sus eternas aspiraciones presidenciales- y a actuar, ahora, en consecuencia, como “aguacates”-perremeístas-pueblitas, obviando la consigna: “¡E pa’ fuera que van!” que él mismo enarbola. Amen, de la alianza congresual con Luis Abinader y el PRM de la que ni siquiera hablan (¡Ingenuo, sería, pues, un peledeísta que compre ese discurso-cuento-engaño!).
En la historia electoral dominicana, habíamos visto y oído de todo, como en botica, pero, sin duda alguna, jamás lo insólito de esta coyuntura que ha parido un candidato que, con un 3.42% -o 9.57%, con aliados-, se inventa una supuesta “tripolarizacion”, basa su “triunfo” en una tesis falsa o de autoengaño -“aguacates”-desleales-traicioneros y clientes-transeúntes-; o mejor dicho, en ropa o militancia ajena y no en la de su entelequia-franquicia -hecha a la carrera-retazos. Ese reciclaje político-sociológico, como estrategia para volver al poder -por cuarta vez-, no tiene ni pies ni cabeza, pero si mucho de clientelismo político -algo silvestre o lugar común en nuestro sistema de partidos-, de “izquierdistas” de derecha y objetivo estratégico-político de sacar al PLD del poder (ofuscación-fijación), a sabiendas y consciente de que no tiene posibilidades y de que el “Cambio” que también aúpa, pues tiene una alianza congresual con Abinader-PRM, es un boleto, cuasi directo, a la instalación en el país de un Estado fallido, o de algo peor….
De manera, que, por más notas de prensa, análisis-artículos -de “izquierdistas” de derecha-, “encuestas”-caseras, bulos-mentiras de redes sociales, fabula “tripolarización” e incitación a la traición; todo junto, no deja de ser reciclaje político y bulto-mediático.