Hay muchos temas en la palestra, como Friusa, las luchas internas de los partidos o el alza silenciosa del dólar, pero no. Hoy voy a hablar de los premios Soberano y del merengue que es junto a la bachata, el ritmo que nos identifica como dominicanos caribeños.
Escuchar un buen merengue, bien orquestado y cantado es como cuando alguien de nuestro agrado nos coquetea y sin darnos cuenta respondemos con movimientos y ademanes que nacen de los sentidos y nos activa las neuronas de la felicidad.
No hay cosa más chula que esa, un merengue afinado y claro está, con buenas letras o como le dicen ahora, letras limpias que podemos tararear sin avergonzarnos y sin caer en el sinfín de la vulgaridad.
Pues bien, en la última entrega de los premios Soberano, el merengue voló y bien alto con las presentaciones de los destacados cantantes Miriam Cruz y Rubby Pérez, además de la presentación de El Blachy, el exponente de música típica que se ha robado los corazones de los dominicanos que les gusta el merengue “ripiao”.
Lo que más me gustó del segmento de El Blachy fue la orquesta de músicos sinfónicos que le acompañó, así como el artista El Rubio del Acordeón, haciendo de “Hola perdida” todo un himno musical típico y sinfónico a la vez.
Ahí solo faltó una buena coreografía, sobre todo al final del musical, en la que el propio Blachy hiciera su parte para emborrachar aún más al público con cuerdas, acordeón y baile. Pero bueno, no se puede pedir tanto.
El merenguero Rubby Pérez volvió a hacer alarde de su voz, cautivando a todos los espectadores. Bautizado como la voz más alta del merengue, (al igual que Benny Sadel, ido a destiempo), demostró su fuerza interpretativa con los temas que lo llevaron a la fama, como el clásico “Volveré”.
La Diva del merengue Miriam Cruz, también conectó con el público e hizo un buen espectáculo, trayendo los éxitos que la catapultaron como vocalista principal de Las Chicas del Can, algunas de las originales del grupo le acompañaron. El popurrí de canciones que interpretó estuvo compuesto por los inolvidables “Tá pillao”, “Las pequeñas cosas”, “Juana la cubana”, “Loba”, y “Fuego”, que se llevaron vítores del público.
Otros musicales que encantaron fueron la actuación de Charityn Goico con su famoso tema “Rubia loca”; Gilberto Santa Rosa, haciendo homenaje a las vocalistas Sonia Silvestre, Ángela Carrasco, Maridalia Hernández y Fefita La Grande; la actuación de los urbanos también quedó muy lúcido y los internacionales Miriam Hernández y Alejandro Fernández, muy queridos y admirados en el país, recibieron las ovaciones de los presentes.
La conversación que sostuvieron las versátiles artistas Charityn Goico y Lumi Lizardo impregnaron el chispeante toque de humor que toda producción de esa categoría necesita para arrancar risotadas al público presente y televidente. Lo hicieron espectacular.
Y termino mi comentario con la estrella esperada de la noche, la multipremiada actriz hollywoodense Zoé Saldaña, quien recibió el Gran Soberano. Otra vez los dominicanos lloramos de emoción con ella, mientras ofrecía con humildad palabras de agradecimiento tras recibir el galardón. Tener a Zoe en esta premiación soberana fue un verdadero lujo para Acroarte y para el país. Lo demás, aparte de algunos reconocimientos, fue más de lo mismo.