Ya son varios los informes recientes que revelan el hambre que padece un porcentaje importante de la población mundial.
Específicamente en República Dominicanos, de acuerdo a reportes como el Índice Global del Hambre, elaborado anualmente por el Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimenticias y presentado en nuestro país por la organización Visión Mundial, aproximadamente un 7 por ciento de los dominicanos sufren de hambre.
Esa cifra, sumada con otras relativas a desnutrición, convierte esto en un problema serio.
Un ejemplo de esos datos complementarios a la información revelada, es que en la provincia Independencia el 9% de los niños con edad desde cero hasta cinco años, en los alrededores del lago Enriquillo, padece de anemia leve a crónica.
Pero estas no son las únicas entidades que se han referido al tema, también la FAO, grupo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del área de la alimentación, establece que la República Dominicana, de una escala de desnutrición en su población que va del 0 al 50, tiene 22 grados, lo que indica aproximadamente la mitad de los requerimientos alimentarios para tener una nutrición aceptable o normal.
Incluso en el informe de seguimiento del cumplimiento de los Objetivos del Milenio en nuestro país, en lo relativo a la primera meta referente a la reducción de la pobreza y del hambre, se hacen proyecciones que confirman el panorama reciente e indican que, aunque ha mejorado desde 2010, aún no es suficiente.
Por todo lo anterior, la cantidad de dominicanos que al día de hoy tiene hambre y el hecho de que las razones para muchos de ellos es falta de dinero, se hace cuesta arriba pensar en la posibilidad de un toque de queda 24/7, pues si bien se trata de un tema de salud, a muchas de esas personas no las mataría el coronavirus pero las mataría el hambre, ya que se les haría imposible disponer de los recursos necesarios para abastecerse con antelación por 15 días.
La propuesta del toque de queda total hecha por científicos e infectólogos es más que lógica dado el momento delicado de la pandemia en que se encuentra el país. Sin embargo, si se va a considerar, debe analizarse con profundidad y detalles para cuidar a grupos poblaciones como los descritos, pues podría ser contraproducente.