Nuestra relación con los Estados Unidos es de tal magnitud que cuando se habla de la embajada o la embajadora es claro de quién se está hablando, es de la embajada de ese país o de su embajadora Robin Bernstein.
Cada año con motivo de la celebración del “Día de Acción de Gracias”, los dominicanos con el sentido de humor de siempre decimos el día del pavo, los embajadores de ese gran vecino país, acostumbran hacer una presentación ante la matrícula de la Cámara Americana de Comercio.
La señora Bernstein se ha ganado el corazón de los dominicanos en una posición que ella misma dice ambicionaba desde hace más de un año y ha sido de enorme satisfacción para ella y su familia; se han integrado al país de forma espectacular, gozando de nuestro merengue, nuestras costumbres y soportando nuestros defectos.
Ha recorrido todo el país, logrando la aceptación y admiración en cada rincón: rico, clase media o pobre que ha recorrido. Una sonrisa siempre amable, sin pomposidad, han sido sus armas más eficientes como embajadora.
Menciona en su discurso al presidente Roosevelt, sin duda uno de mis héroes, que como muchos, creía y demostró la importancia de la iniciativa de la empresa privada cuando logró sacar a su país, en la década del treinta del siglo pasado, de la peor recesión conocida hasta ahora.
De mucha significación para el país es ser parte del grupo Egmont, un paso significativo contra el lavado de activos, que repercute en la evasión, corrupción y narcotráfico, cuando los frutos de dichas actividades ilícitas se procuran convertir en lícitas.
Pero en estos momentos tiene más importancia que nunca, porque al ser un organismo internacional que facilita el intercambio de información entre unidades financieras del mundo, con la captura de César Emilio Peralta, cabeza de una de las mayores organizaciones de narcotráfico con ramificaciones en Colombia, Jamaica, Venezuela, Puerto Rico, Estados Unidos y su base en nuestro país, será mucha la información de las operaciones y lavado que hacían en cada país y será un duro golpe a los movimientos financieros ilegales del grupo.
El trabajo con la Policía Nacional es muy importante, ha sido una preocupación de los empresarios y de forma muy callada han venido dando apoyo a través del Consejo Nacional de Prevención del Crimen, donde la Embajada Americana ha jugado, tal y como dice la Señora Bernstein, un papel muy importante, pero dado la trascendencia de este tema no sólo para la seguridad nacional, también por la regional y los problemas geopolíticos que se presentan con la actividad de Venezuela y Cuba en la región, China aumentando su influencia, debíamos recibir una inversión mayor y planes para evitar que las cámaras y más, en poco tiempo no sólo estén en la UASD sino en todos los rincones del país, sin saber cuál será el objetivo final.
Así que hablando de lo que la Embajadora definió desde el año pasado lo que sería su plataforma de trabajo en el país, con las siglas SIDE; ya hablamos de seguridad, trataremos el tema de inversión.
Sin dudas es el tema que más interesa al empresariado y al país. Porque sin empleos no hay seguridad, no hay viviendas dignas, educación ni salud.
Hay que reconocer que el entusiasmo y avance que ha imprimido la Embajadora y su equipo es impresionante. No sólo promoviendo el país; su apoyo cuando se orquestó una campaña contra el sector turismo ha sido invaluable y ha dado frutos ya. Para una fecha tan importante como la del Día Acción de Gracias en Estados Unidos, nuestro país fue el que más norteamericanos decidieron elegir para pasar con sus familias esas vacaciones.
Sobre la inversión, tendríamos que preguntarnos, ¿Por qué reciben inversión extranjera directa mayor, países que no exhiben un crecimiento como el nuestro? No puedo estar más de acuerdo con lo expresado por Robin Bernstein en este punto. En mi artículo “El peso de ser empresario” decía: “… la ausencia de servicios de calidad, costos de transporte, competencia desleal que llegan violando las normas de aduanas o la de impuestos sobre la renta, afectan el negocio formal”.
A esto agregaría lo que la Embajadora dice sobre los cambios de reglas o simplemente la no aplicación de estas, que no sólo afecta la inversión extranjera sino la nacional también. Proyectos de leyes que son necesarios para la inversión pueden dormir años en el Congreso, olvidando que eso sólo trae pobreza.
El apoyo a la educción dentro de la plataforma de SIDE es fundamental, podemos crecer a niveles del 7% pero, si nuestra mano de obra no está capacitada los niveles de salarios siempre estarán deprimidos y la oportunidad de tener una economía competitiva se alejarán más.
El programa SAFE para los atletas tiene una significación enorme en un país beisbolero, pero ojalá se pudiera expandir el mismo hacia otros jóvenes amputados como resultado de accidentes de tránsito, que ya representan el 23% del millón y medio de pacientes que atendemos anualmente en la Asociación Dominicana de Rehabilitación.
No puedo terminar mis comentarios sobre esta excelente presentación sin hablar de un tema que deberá sentar un precedente en nuestro país, el enorme déficit habitacional. Esto así porque no creo que ningún país puede tener seguridad, educación, salud ni inversión, si sus ciudadanos no tienen una vivienda segura.
En noviembre del año próximo, Hábitat para la Humanidad ha elegido a nuestro país para la jornada de construcción de viviendas de “La Semana Carter”, con la presencia del presidente Jimmy Carter y su esposa Rosalynn y más de 600 voluntarios de todo el mundo, pero especialmente de los Estados Unidos.
Para el país no es sólo un honor, debe ser el punto de partida para que arranquemos el mayor plan de viviendas, que debe ser no sólo un plan para reducir el déficit habitacional, sino parte de un plan contra desastres naturales, ya que una de las consecuencias mayores de un huracán es que deja en una mayor pobreza e indefensión a miles de familias.
Mis felicitaciones Embajadora, debe sentirse muy satisfecha de su trabajo, del de su familia y del equipo que la rodea y su país orgulloso de su representante.
Es mucho lo que tenemos por delante, pero citando también al presidente Franklin Delano Roosevelt “… de lo único que debemos tener miedo es del propio miedo”. No hay entonces razón, porque miedo no tenemos para, con un esfuerzo conjunto, seguir creciendo para beneficio de nuestras dos naciones.