En una juramentación de nuevos abogados, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, magistrado Luis Henry Molina Peña, describió algunas características que deben tener los jueces para asegurar su independencia e imparcialidad. Elementos indispensables en la buena administración de justicia.
En su discurso envió una exhortación a los juzgadores invitándoles a “renunciar al truco que pone en peligro la independencia de criterio y dar la espalda a las presiones” señalando que “ la sociedad necesita de la distancia crítica suficiente en jueces y juezas”, agregando que “desde esa distancia es posible ver de manera imparcial y sesuda los conflictos sobre los que les toca decidir..” ya que “ esa distancia es el marco de la verdadera independencia”.
Los jueces se ven a menudo en la ocasión de tener que decidir asuntos que mantienen en expectativa a la sociedad. Casos en los que, la gran generalidad del público, espera no solo que se dé una solución sino que se resuelva según el propio criterio de esa mayoría, casi siempre forjado por una prensa que, no necesariamente, actúa con la imparcialidad adecuada.
En la mayoría de esos casos el público espera si o si una condena y cuando ello no ocurre todos piden la cabeza del juez. Nadie sale a averiguar si las pruebas llevadas al tribunal fueron suficientes o si fueron obtenidas de manera irregular.
Peor es que, muchas veces, el cuestionamiento de los jueces ha venido desde la cúpula del propio Poder Judicial que, incluso, ha tomado severas medidas en contra de algunos jueces contribuyendo, de esa manera, a crear un sentimiento de temor. Probablemente esa sea la mayor presión a la que se puede someter un juzgador.
La invitación que hace el presidente de la Suprema Corte de Justicia para que los jueces den la espalda a las presiones revela su compromiso de que el Poder Judicial reivindique el avance logrado en materia del respeto al estado de derecho y al debido proceso, consciente de que en todos los países, ese poder contra mayoritario se ve compelido a tomar decisiones que, aunque no resulten populares, afirman los valores fundamentales de la democracia.