En la educación a todos los niveles hasta el presente, se ha considerado que el conocimiento o aprendizaje de cualquier asignatura o área del currículo están muy asociados a la profesora o el profesor que la imparte. Es más, no se concibe la actividad educativa al margen de ese protagonismo, al grado tal que el término enseñanza por tiempo ha opacado al principal de aprendizaje o al menos equiparándolo mediante la expresión enseñanza-aprendizaje.
Aceptemos que existen actividades educativas como la alfabetización, que evidentemente están muy asociadas al protagonismo de la profesora o el profesor y que por lo tanto aún se podría admitir el término de enseñanza; aceptemos también que en el pasado ante la carencia de libros de texto, obras de consultas u otras fuentes ese protagonismo era ineludible.
Ya en la actualidad y para estudiantes con un dominio básico de la lectoescritura, el enseñar o “dar clase” ha perdido el sentido en que se asumía en el pasado. En primer lugar porque hay que aceptar -las investigaciones y una dilatada experiencia acumulada así lo han demostrado- que el aprendizaje es un acto individual, y en segundo lugar en la actualidad como resultado del extraordinario desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación- TIC- el conocimiento está a sólo “algunos clics”. Que si se da la orientación debida, cualquier tipo de conocimiento y hasta a su más alto nivel, puede ser identificado, estudiado y aprendido accediendo “con los clics”.
Entonces, la labor docente para los niveles correspondientes ha de ser transformada radicalmente. Pero no puede ser ese cambio una responsabilidad sólo de la profesora o el profesor. Es necesario que las instancias correspondientes creen las bases apropiadas para hacerlo no sólo realidad, sino altamente efectivo.
Por lo que el currículo más allá de contenido ha de hacer acento en las estrategias de aprendizaje y los recursos que han de respaldar dicha transformación.La profesora y el profesor de hoy a diferencia de los de ayer, han de ser sobretodo “estrategas del aprendizaje” auxiliados por esas condiciones y recursos que hay que poner a su disposición. Y junto al conocimiento, y especialmente, mucho que podrían contribuir el profesor y la profesora en las actitudes y valores de las y los estudiantes desde un enfoque integral.
Las TIC son la plataforma de la más grande revolución educativa después del invento de la escritura alfabética hace más de 4 mil años y principalmente después de la imprenta de Gutenberg en el año 1450. Los docentes de hoy han de ser radicalmente diferentes a los de ayer, procede entenderlo.