El pasado fin de semana estuve participando en la edición número 28 del Congreso Internacional de Educación Aprendo, que fuera organizado por Acción Empresarial por la Educación (Educa), un evento sumamente importante e impactante para el presente y el futuro de la educación dominicana.
Educa es una entidad auspiciada por el Banco Popular, que reúne a una gran parte del sector empresarial, cuya finalidad es invertir recursos y desarrollar acciones que vayan en beneficio de la elevación de la calidad de la educación dominicana. El congreso de la pasada semana, desarrollado bajo el lema de “Aprendo: La transformación posible”, fue un excelente espacio donde fluyeron muchas ideas para dar pasos concretos que propicien un elevamiento de la calidad del proceso enseñanza en las escuelas públicas del país.
En el discurso central la presidenta de Educa, Susana Martínez Nadal, hizo un llamado directo para propiciar un Nuevo Pacto Educativo que conlleve desarrollar esfuerzos en la orientación de elevar la calidad de los docentes y de los métodos de enseñanza. Igual preocupación expresó el vicepresidente del Banco Popular, José Mármol, en sus palabras de presentación, y el ministro de Educación, Ángel Hernández, en sus palabras de salutación del evento.
Elevar la calidad de la educación dominicana es un reto y un compromiso de todos. A partir del año 2013, cuando por disposición del presidente Danilo Medina se dio el 4% del PIB al sector de la educación, se produjo un amplio desarrollo en la infraestructura escolar, en los servicios y bienestar de los estudiantes y en la situación económica y social de los maestros. Empero, aunque se han hecho múltiples esfuerzos para elevar la calidad de la docencia y el aprovechamiento de los estudiantes, todavía estamos muy lejos de resultados satisfactorios en esos renglones.
La Asociación Dominicana de Profesores (ADP), el gremio de los maestros que mantiene un rol muy activo en beneficio de ese sector, ha expresado también su preocupación sobre las políticas públicas para elevar la calidad docente, y sus líderes se han mostrado siempre muy dispuestos a coadyuvar con las autoridades y todos los miembros del sector educativo, para lograr la meta buscada en cuanto a calidad educativa. Incluso crearon el Observatorio Educativo Rafael Santos, con la finalidad de buscar y aportar ideas y propuestas de políticas públicas efectivas para el sector.
Partiendo de esa realidad, es necesario que la ADP, Educa y el Ministerio de Educación, tres de los sectores de mayor preocupación por la calidad educativa, establezcan un canal de comunicación y discusión directo entre ellos, con miras a impulsar un Nuevo Pacto Educativo que asuma las tareas principales de la nueva realidad que vive la educación dominicana.
El congreso podría convertirse en el punto de partida para ese acuerdo. En ese evento se presentaron múltiples ideas y propuestas muy válidas, en la línea de asumir el reto de darle mayor calidad a la educación dominicana y subir los niveles de aprovechamiento de nuestros estudiantes, no solo en cuanto a las áreas técnicas-profesionales sino también en cuanto a la formación en valores. En ese orden, quiero agradecer a la directiva de Educa, en especial a su director ejecutivo, Darwin Caraballo, por haberme permitido presentar a los más de 700 profesores asistentes al congreso, una edición especial del documental “Ercilia Pepín, ejemplo de enseñanza, patriotismo y dignidad”.
Al momento de presentar el documental expresé que darle mayor calidad a la educación dominicana tiene dos vertientes. La primera implica que los maestros de este tiempo puedan asumir los retos de la tecnología, de las nueva técnicas educativas y de la incursión de la Inteligencia Artificial. Y la segunda, tan importante como la primera, implica que los maestros puedan formar en valores a los estudiantes, para que no solo sean buenos en matemáticas, ciencia y lenguaje, sino que sean buenos seres humanos, buenos ciudadanos y puedan desarrollar en su práctica cotidiana valores como la solidaridad, la honestidad, la integridad y el amor al prójimo. Y afirmé que Ercilia Pepín es un gran ejemplo para los maestros de esta época. Ella fue una educadora que supo enseñar con eficacia, supo asumir la ciencia en toda su extensión, convirtió “la escuela en la esencia de la patria” y formó a sus estudiantes como seres humanos plenos, solidarios, respetuosos, honestos e íntegros.