Hace 212 años nacía en este país un niño que al alcanzar su juventud y su madurez se convertiría en adalid de la lucha por la independencia nacional, se llamaba Juan Pablo Duarte, y a partir del aniversario de su natalicio, el 26 de enero, comienza en República Dominicana el Mes de la Patria, que culmina el 9 de marzo con la conmemoración del nacimiento de Francisco del Rosario Sánchez.
La Comisión Permanente de Efemérides Patrias exhortó a todas las instituciones públicas, así como a las entidades privadas a impulsar iniciativas propias que enriquezcan la celebración del mes de la patria, que no es una dinámica centralizada, sino participativa.
La historia de esta patria que Duarte acuñó en sus ideales juveniles, y después con la sociedad secreta La Trinitaria y sus luchas, es lo suficientemente rica en heroísmo como para que todo olvido o indiferencia merezca total condena.
El presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez, lamentó que las autoridades “muestren tanta insensibilidad” respecto a nuestros símbolos nacionales, señaló como una muestra de esa falta de interés hacia la patria que las familias deban pagar un impuesto para adquirir una bandera, y llamó al Ministerio de Educación a que se rija por el artículo 63, numeral 13, para que en las escuelas se imparta la enseñanza de la Constitución en la asignatura Moral y Cívica y señaló el uso incorrecto del escudo patrio “porque no identifican la versión correcta (…) oficializada en 1913”.
Suele considerarse “normal” que en años no preelectorales las más altas autoridades del país no asistan a las celebraciones patrias, aunque en los aniversarios puntuales inunden redes sociales y periódicos con mensajes de exaltado patriotismo, pero este año, al caer el aniversario de Duarte un domingo, casi ningún edificio público estaba embanderado.
Cabe rescatar, porque no todo ha de ser negativo en un país donde mucha gente expresa su compromiso cotidiano con esta patria, que sí son muchas las organizaciones estatales y privadas que organizan actividades para estas fechas, sin estridencia y con esforzada dedicación, como forma de preservar la memoria histórica de este pueblo trabajador y resiliente.
Loor y gloria a los héroes que forjaron esta República Dominicana de la que nos sentimos orgullosos, una nación con una identidad y colores propios que nos distinguen ante el mundo, y celebremos por todo lo alto este mes de la patria.