Para una empresa periodística no existe una “tercera edad”, es más, el tiempo es una dimensión de permanencia de la calidad del producto que brinda y de la aceptación del público.
De ahí que arribar a los 77 años, para este medio de comunicación más que un dato histórico significa ser testigo privilegiado desde el 14 de abril de 1948, día de su primera edición, de más de siete décadas y media en la vida de una república que ha superado crisis y afrontó enormes desafíos para llegar a su situación actual en el concierto de las naciones.
El Caribe ha acompañado esos cambios y registra en ese lapso el paso de grandes referentes de la prensa nacional, de las mejores plumas de la comunicación escrita, de cronistas, redactores, investigadores y creadores de opinión pública que se formaron en un medio que circula con información veraz, con opinión autorizada, con datos incontrastables de la realidad cotidiana.
Se le identifica como el periódico de los dominicanos por su defensa inquebrantable de las libertades públicas y políticas, de la democracia y la fortaleza institucional. Por algo, durante muchos años, “un caribe” y un periódico fueron sinónimos en el imaginario popular.
Formar parte de la historia de esta nación entraña también un insoslayable compromiso; primero el deber con los lectores, porque son el activo más importante de este medio, segundo con la verdad y tercero, con la calidad del producto que se brinda.
El haber cumplido a cabalidad con esos estándares es la razón de una permanencia de 77 años que, seguramente, sumarán muchos más.
Cabe reconocer a los ingenieros Manuel Estrella y Félix M. García, empresarios que han sabido interpretar el ritmo de los tiempos y apostar a la formación de un multimedio, con la incorporación de señales de radio, dos canales de TV y sólidas plataformas digitales, que se consolidan cada día como símbolo de un periodismo sin fisuras, honestamente apegado a la verdad.
Vaya pues en esta fecha, el agradecimiento a nuestros fieles lectores, los de ayer y hoy, alicientes que nos han ayudado a sobrevivir y a acompañar al pueblo en coyunturas cruciales. También a los colaboradores y articulistas que, desinteresadamente, analizan los hechos con profundidad, los sitúan en contexto y orientan a una población que confía en un diario elaborado con las mejores prácticas periodísticas y empresariales.