Ayer, con el Miércoles de Ceniza, comenzó el período de la Cuaresma, que cubre los 40 días que según la tradición cristiana pasó Jesús en el desierto, y cuyo final es la víspera del domingo de Resurrección, luego de que fuera crucificado en lo alto del Gólgota.
Los fieles acudieron a los templos para la imposición de la ceniza en forma de cruz en sus frentes, gente de fe que ayuna y hace abstinencia, brinda limosnas y eleva oraciones para renovar sus esperanzas y fortalecer el espíritu.
Es un período en el que los fieles están convocados a la reflexión, y responden al llamado para la conversión, al arrepentimiento de sus pecados y renovación de su fe.
Es verdad que con el paso del tiempo han amainado algunas de las celebraciones, pero aún perviven sin desmedro al reconocimiento de los derechos y al libre albedrio de cada cual, y el respeto a las creencias de los demás.
La cuaresma en este 2025 tiene especial importancia porque coincide con el Año Jubilar, al que el Santo Padre puso bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, sobre lo cual reflexionó en un mensaje que servirá de guía a los fieles católicos.
“En esta cuaresma deseo ofrecerles algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza (…) y evocar que los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios”.
Aunque los católicos y algunas otras confesiones cristianas viven la cuaresma de maneras diferentes, en todos pervive la fe, basada en la tradición, que se acepta como un periodo para reconciliarse con Dios y con los demás, que suelen ser las consignas que se trazan desde los altares.
También es un tiempo en que se organizan diferentes actividades para preparar la Semana Santa, un periodo que para un pueblo de larga tradición católica como el dominicano tiene una importancia especial.
Ojalá sirva esta cuaresma para que todos reflexionemos acerca de cuestiones vitales para la supervivencia y los destinos de esta nación, desde los encargados de tomar decisiones hasta cada uno de los ciudadanos, y que cada cual aporte con mayor entusiasmo en el resto del año su granito de arena para tener un mejor país, una mejor sociedad, lo que será seguramente la mejor de las bendiciones.