A la expresión de “tomar al toro por los cuernos” se le asigna el significado de que se resuelve un problema o situación complicada que se abordó de manera frontal, y viene a cuento en este comentario por el informe de la inflación interanual de 2024 divulgado ayer por el Banco Central.
En un año con un entorno internacional bastante adverso y comprometedor, que obligó a introducir variantes de importancia en la política monetaria y financiera, en República Dominicana la inflación interanual a diciembre del 2024 fue de 3.35 %, constituyendo la más baja de los últimos seis años. Y respecto al IPC de 2023, la del año pasado resultó 0.22 puntos porcentuales menor.
Al final la inflación interanual se ha ubicado entre el límite inferior y el centro del rango meta de 4.0% ±1.0% que había sido establecido en el programa monetario, y de las menores de América Latina, luego de las economías dolarizadas de la región (Panamá, Ecuador y El Salvador), así como de Perú y Costa Rica.
En cuanto a la inflación por quintiles, los índices de precios medidos por estratos socioeconómicos reflejaron las siguientes tasas: 1.03% en el quintil 1,0.91 % en el quintil 2 y 0.78 % en el quintil 3. Los quintiles de mayores ingresos, quintiles 4 y 5, presentaron variaciones de 0.78 % y 0.54%, respectivamente.
Es reconfortante esta información servida por el Banco Central al tratarse de la inflación, el impuesto más oneroso que puede existir porque afecta a todos sin discriminación alguna, lo que podemos considerar como un bálsamo para las estresantes expectativas que se cernieron el año pasado sobre la economía mundial.
Un detalle trascendente que no se puede obviar por este nivel de inflación de 3.35% interanual, es que se ha logrado mientras la economía continúa creciendo, que se estima en torno al 5%.
Mantener los precios internos con una tendencia a la baja en la velocidad de incremento y un ritmo de recuperación de la producción, puede asumirse como una política monetaria exitosa.
Lo que resta es abogar para que se mantenga a lo largo de este 2025 la estabilidad macroeconómica y que no aparezcan circunstancias que distorsionen los precios y el crecimiento.
Los desafíos globales siguen presentes y siempre hay que considerar el entorno económico internacional, especialmente la cuestión de los “commodities” y los posibles impactos de nuevas tensiones geopolíticas.