En medio del duelo colectivo por la tragedia nacional de 184 fallecidos por el derrumbe del techo en la discoteca Jet Set, resaltan los múltiples gestos de ayuda de personas e instituciones que dijeron presente.
Es la expresión de la proverbial solidaridad dominicana, de todos los estratos sociales, capaz hasta de despojarse de lo suyo para dárselo al necesitado, aunque por la magnitud de esta tragedia nunca será suficiente para mitigar el dolor de quienes la desgracia ha tocado de manera directa.
Entre los tantos gestos solidarios, desde llevar una botellita de agua, sombrillas y hasta comida a los brigadistas, se destaca la gran movilización de personas que donaron sangre.
Los primeros tres espacios habilitados se desbordaron y al menos en uno, el del Centro Olímpico, hubo escenas dramáticas, como en la noche del martes, cuando decenas de personas se negaron a abandonar el lugar al darse por terminadas las labores.
Solo el martes el Hemocentro Nacional colectó 419 unidades, loable para un llamado urgente, aunque la realidad es que en República Dominicana solo un 2.64 % dona voluntariamente sangre, cuando el mínimo debería ser el 4 %, según el doctor Pedro Sing, director del hemocentro.
Esa disposición a donar debiera ser permanente y no circunstancial, porque el país tiene una demanda de 259 mil pintas anuales, y el déficit ronda las 100 mil, tanto en la red pública como privada.
Aprovechemos esta coyuntura para concienciar. No es necesariamente que haya indiferencia pues son muchos los esfuerzos de varias organizaciones sin fines de lucro, como la Cruz Roja Dominicana, la Red de Donantes de Sangre de Fundación LASO, y el propio Ministerio de Salud Pública.
Se puede hacer más; debiera retomarse una propuesta de la Cruz Roja para crear una mesa de trabajo con participación de los diferentes sectores que ofrecen servicio de sangre y hemoderivados, para desarrollar una cultura de donación voluntaria.
Es una iniciativa plausible que en su oportunidad apoyamos y podría ser el mejor aporte a propósito de la desgracia ocurrida en la discoteca Jet Set.
Dar sangre es quizás el más encomiable y noble acto de generosidad, por ello exhortamos a donarla a quienes pueden hacerlo y felicitamos a todos los que se movilizaron esta semana, como también a los que permanentemente, con sus donaciones y transfusiones, trabajan en preservar y salvar vidas.