En este nuevo aniversario del padre de la patria, es propicia la ocasión para – siguiendo sus directrices- reingenierizar el destino de la patria. Concientizarnos dónde estamos, de dónde venimos, en qué hemos fracasado y qué debemos cambiar. Muy especialmente por la situación geopolítica en que estamos.
El cuadro geopolítico trascendente actual en este invierno del 2023; los cañones en Europa amenazan el futuro. Es realmente una tercera guerra mundial, solo que diferente. Es una guerra que enfrenta a occidente contra Euro-Asia. Enfrentados en lo militar, económico, espacial, financiero, etc. Enfrentamiento con potencial de convertirse en nuclear.
En el presente, a nivel global se habla de catástrofe alimentaria, quiebras masivas, recesión económica, problema de cadena de suministro, escasez, crisis masiva de inseguridad alimentaria, inflación, y otros problemas.
República Dominicana luce endeudada, invadida de haitianos, deforestada, nuestro pueblo con salarios de miseria que no alcanzan el costo de la canasta familiar y gran parte desempleados o emigrados en busca de oportunidades.
Desde 1844 a la fecha, hemos estado regidos por un sistema que centraliza todos los poderes en el presidente de la República, resultados; corrupción, impunidad, represión, ausencia de un sistema de justicia honrado y subdesarrollo. E injusto y anticristiano sistema de concentración de la riqueza generador de miseria.
Si el sistema establecido ha sido un fracaso, es tiempo de cambiar. Debemos vernos en el espejo de los países más desarrollados y los modelos que han establecido para conseguir su nivel de evolución y justicia social.
En lo económico solo tuvo éxito el gobierno del generalísimo Trujillo al impulsar la industrialización de la patria. En el presente, sus aportes han sido destruidos y convertido el país en una nación netamente importadora, para desgracia nacional.
¿Cuales cambios a nivel de Constitución considero factibles? Que el Consejo de la Magistratura esté formado por los rectores universitarios. Que el procurador general de la República sea designado por una comisión formada por los decanos de Ciencias Jurídicas.
Cerrar el Senado de la República. Que los gobernadores provinciales sean electos democráticamente en las provincias. Que a cada provincia se le asigne su presupuesto, dividiendo el 50% la partida de inversión del presupuesto nacional entre las provincias en proporción a su población. Y que cada provincia organice sus propios ministerios e impulse sus propios planes de desarrollo.
Convertir los actuales ministerios en centro de investigación, desarrollo e innovación, para asesorar a la presidencia en los ministerios provinciales que proponemos. Descentralizar la PN en policías municipales y del Distrito Nacional. Y que los respectivos consejos de regidores designen el correspondiente director policial.
A nivel económico, impulsar un agresivo plan nacional de sustitución de importaciones por producción nacional. Crear un tejido de agroindustrias municipales, para estar en capacidad de convertir nuestra producción agropecuaria en productos no perecederos con potencial exportable. Lo que impulsará las áreas bajo cultivo por la seguridad de mercado al poder convertirse en productos procesados.
Desarrollar nuevos sectores económicos potenciales, como pesca industrial, acuicultura, maricultura. Desarrollar industrias de última generación como robótica, inteligencia artificial, microelectrónica, etc.
Tejido de agroindustrias municipales que sería gratis para el Estado, si después de construirla convierte su valor en acciones de 1000 pesos y son vendidas a pobladores, emigrados o inversionistas internacionales.
Es de locos esperar resultados diferentes haciendo las cosas de la misma manera. Además que nos condenamos a seguir fracasando y condenando a nuestro pueblo al actual subdesarrollo.