Un esquema Ponzi es el nombre dado a un sistema utilizado en los años veinte por el italiano Carlo Ponzi consistente en la obtención de ganancias para un grupo inicial de inversionistas a partir del dinero aportado por los nuevos, generándose cada vez más beneficios si crece la cantidad de personas que son reclutadas para formar parte del mismo y ofreciendo retornos a las inversiones de unos con las inversiones de otros, hasta que eventualmente se produce un colapso en el que muchos quedan engañados.
Dirigida a un público con poco conocimiento de finanzas, esta operación promete alta rentabilidad en poco tiempo y sin documentación, y como usualmente está vinculada a alguna empresa o negocio no registrado y con poca o ninguna regulación, los riesgos para el que se involucra son muchos.
El mercadeo siempre es directo, justamente por esta falta de regulación. Nunca vemos negocios de este tipo anunciarse en periódicos, radio o televisión, sino que las promociones se hacen en lugares privados (como reuniones en casas), donde en un mecanismo “tú a tú” se arroja un anzuelo a los invitados prometiendo espectaculares ganancias con una primera inversión.
Para que esto funcione (siempre de forma temporal), necesita de la credulidad e ingenuidad de personas cuyo razonamiento casi siempre se ve opacado por el deseo de dinero rápido.
Y es cierto que muchos ganan. Por eso siguen surgiendo pirámides y por eso tantos testimonios de gente feliz y emocionada, pero el precio moral y ético a pagar por esos privilegiados es muy alto: la estafa de muchos otros que han quedado, como consecuencia de las promesas de este negocio, en la bancarrota.
Aunque aún no es el caso de la República Dominicana (pero ya hay intención de estudiarlo), en numerosos países del mundo esta práctica, también conocida como “esquema piramidal’, está prohibida y castigada por ley.
El negocio multinivel, aunque comparte algunas características, es distinto a esto. Mientras uno es claramente una estafa e ilegal en muchos lugares, el otro implica compra y venta de bienes tangibles y es perfectamente legítimo. Pero algunos esquemas piramidales se esconden detrás de la fachada de un supuesto multinivel, mintiendo a potenciales víctimas y enlodando la reputación de los multinivel reales y serios. Lo ideal, para evitar lamentos futuros, es informarse bien antes de formar parte de cualquier tipo de negocio, acudir a buenos asesores financieros y sobretodo huir de todo aquello que promete dinero fácil y con poco esfuerzo.