En el Diálogo Nacional por la Reforma para el Fortalecimiento Institucional y la Gestión Eficiente del Estado con la conducción del Consejo Económico y Social-CES-, quedó formalmente instalada el miércoles 2 de febrero la quinta mesa: Institucionalidad y Transparencia; pero debemos excusarnos por cuanto el orden de la denominación es Transparencia e Institucionalidad. Sin embargo un simple análisis de esa denominación obliga a un cambio en el orden de los conceptos implícitos, dado que la institucionalidad si es tal o si alcanza la categoría real de avance y desarrollo, ha de implicar en sí misma a la transparencia.
Sólo mirar los Estados en el mundo con el mayor desarrollo relativo y visto desde los respectivos Índice de Desarrollo Humano-IDH- en los que de una efectiva institucionalidad se deriva la transparencia.
Aún con las anteriores precisiones procede resaltar que desde el punto de vista no denotativo, sino connotativo, es decir a partir del significado de los conceptos en su contexto, en la República Dominicana tiene mucho sentido en la búsqueda del progreso que se procura, que la transparencia sea destacada. Eso así por cuanto grandes fallas del Estado dominicano se asocian a la ausencia o poca transparencia en los distintos procesos, en relación a la tan cuestionada gestión de las finanzas públicas junto a la precaria calidad de los servicios a las ciudadanas y ciudadanos.
Fue muy interesante el enfoque que tuvo la mesa temática de Transparencia e Institucionalidad desde ese primer día de su instalación en cuanto a destacar las instancias del Estado hacia las cuales hay que concentrar las acciones transformadoras. Al respecto el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo se refirió al Consejo Nacional de la Magistratura, las Altas Cortes, el Ministerio Público, la Jurisdicción Contenciosa Administrativa, la Junta Central Electoral, la Cámara de Cuentas, la Contraloría General de la República, y la Dirección General de Compras y Contrataciones del Estado.
La transparencia e institucionalidad vistas desde los fundamentos del Estado, han de estar orientadas, en lo general, hacia sus respectivos poderes: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral, Municipal y aquellos de Control Estatal como la Contraloría y la Cámara de Cuentas.
Lo que sí debe estar muy presente en cuanto a las transformaciones que se procuran, es que no debería de tratarse solamente de nuevas leyes que poco o nunca se cumplen. Sí que debería de renovarse la base legal si es necesario, pero principalmente procurar que a partir de una nueva Gerencia se avance hacia un Estado eficaz y eficiente al servicio de las ciudadanas y ciudadanos.
“Hacer que las cosas sucedan”. Se trata de transformaciones.