Se trata de lo que matemáticamente se llama tipo o proporción en base a 100. Es decir, hablamos de 14 %, 18 % y 23 %; también son proporciones referidas al Producto Bruto Interno-PIB: 14 % del PIB, 18 % del PIB y 23% del PIB. Es mucho lo que dice de forma simple el concepto matemático de tipo, de ahí su generalizado uso.
Son números de una reforma fiscal ya urgente en la República Dominicana.

14 % del PIB es la proporción de dinero que recibe actualmente el Estado dominicano por las recaudaciones. Monto que no es suficiente para atender los variados compromisos, por lo que se ha tenido que recurrir a préstamos externos e internos que han alcanzado la cifra en la actualidad de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina-CEPAL- de más del 70 % del PIB. La República Dominicana se encuentra ya en el exclusivo grupo de 4 países de la región que han llegado hasta ahí.

Lo anterior indica que la reforma fiscal ha de tener entre sus resultados concretos el incremento de la presión fiscal a partir de 14 %. Se ha entendido que del 14 % debería de pasar primero al 18 % y luego al 23 %. El 23 % del PIB es el promedio de la presión fiscal de los países de América Latina y el Caribe.
Actualmente la República Dominicana solo supera a Guatemala que dispone de un 12% del PIB como presión fiscal.

Que la República Dominicana pase del 14 % del PIB como presión fiscal al 18% del PIB implica un incremento ¡para ya!, del 4 %; más de ahí en el corto plazo se consideraría poco realista y aun así puede ser una meta que ofrezca grandes dificultades; por cuanto hay que afectar personas y sectores que en no pocos casos se podría justificar que no deberían ser más gravados o que requieren mantener las exenciones o incentivos fiscales para su desenvolvimiento y desarrollo en el corto y mediano plazo. Por lo que invita a mirar hacia el hasta 9 % del PIB atribuido a la elusión y evasión fiscal cuya solución en el corto plazo objetivamente tampoco luce realista.

Asumiendo que el proceso de la reforma fiscal logre en lo inmediato una efectiva presión fiscal de 18 % del PIB, en un mediano plazo que no debería superar el año 2026 debería llegar entonces al 23 % del PIB y mucho después alcanzar el 25 % del PIB, colocándose en perspectiva dos puntos por encima del promedio regional.

Se despejaría así la que hoy se avizora como una muy complicada senda.

¿Será posible?

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