Finalizadas la primera y segunda fases del operativo del COE, del balance solo queda el conteo macabro de fallecidos y otras negatividades, pero nunca se saca el tiempo, ni siquiera los propios organizadores, para ensalzar lo suficiente el trabajo voluntario desplegado, en este caso de los más 47 mil que se involucraron. Vayan nuestros parabienes a esos miles de ciudadanos, médicos, paramédicos, militares y policías. Pero hay un voluntario al que queremos sacarle su comida aparte, y es al brigadista de la Defensa Civil, en su mayoría jóvenes de barrios y de clase media. Son héroes anónimos que trabajan sin tiempo ni paga, y cuyo protagonismo está fuera de las cámaras. Incluso, muchas veces ni para una foto en la portada de los diarios alcanzan. Por eso el reconocimiento particular.