Si como anticipan los analistas políticos, la aparición en el patio de un caso confirmado de coronavirus será la antesala para cambiar la tradicional forma de hacer campaña política, entonces el emprendedor que para lo que resta del proceso se invente un “aislante” del contacto humano, de seguro que se hará rico por la gran demanda que obtendrá su invención. Y como intangible logrará la gratitud, aunque con eso no se va al supermercado, de algunos “elitistas” candidatos pues los libraría de estar besuqueando y abrazando hasta a mendigos, en acciones y poses para las cámaras, sin albergar los sentimientos correspondientes. Ahora estamos en “campaña electoral en tiempo de virus”.