Cada vez que un presidente dominicano quiere hacer una reforma fiscal o se habla de quitar incentivos a algún sector, un grupo de funcionarios del área tributaria dicen que debe modificarse la ley 108-10, que es la ley de cine, la cual da una serie de facilidades fiscales para que este sector se haya desarrollado grandemente en los últimos diez años.
Sobre la ley de cine existen muchos prejuicios, sobre todo de aquellos que no conocen a fondo esa ley ni saben todo lo que ella ha aportado al propio estado dominicano y a la economía dominicana en general. En el año 2018, siendo Danilo Medina presidente de la República, conversé ampliamente con él para evitar que su entorno fiscalista fuera a atentar contra la ley de cine. En ese tiempo, escribí un artículo titulado “Ley de cine: beneficio fiscal, no sacrificio”, donde valoraba la realidad de la industria del cine y los beneficios que ha traído la ley. Quiero reiterar las ideas principales que escribí en aquella ocasión, como una forma de arrojar un poco de luz al presidente Abinader, para que no se deje engañar por sus voraces fiscalistas y no vaya a afectar ni a la ley, ni a la industria del cine.
En el entorno de los presidentes, en especial en el área fiscal y tributaria, siempre aparecen funcionarios que quieren mostrar que los incentivos que otorga la ley de cine deben ser derogados porque “son un sacrificio fiscal para el estado”.
Nada más falso y fuera de la realidad que ese argumento. Lo cierto es que la ley de cine le ha dado grandes beneficios fiscales al estado y a la nación dominicana. El asunto es que los técnicos del gobierno tienen una visión parcial, fraccionada y prejuiciada de los grandes aportes que la ley de cine ha dado al estado y a la economía dominicana.
La ley de cine tiene dos artículos donde establece niveles de exenciones fiscales. El artículo 34, que permite a las empresas dominicanas invertir en el cine y poder deducir hasta el 25% de sus compromisos fiscales anuales, y el artículo 39, el cual establece que las empresas extranjeras que vengan a hacer películas a nuestro país, podrán recibir un 25% de su total de gastos, como crédito fiscal.
Quienes injustamente critican la ley de cine sólo ven el aspecto del artículo 34, y de ahí sacan conclusiones erradas. Ya que esta parte de la ley es la que permite que los protagonistas de hacer cine en nuestro país, encuentren sumas importantes de dinero para desarrollar esas películas y que, de ese dinero que reciben del empresariado, se puedan dar exenciones por una cuarta parte. Esa es una forma inteligente del gobierno impulsar el desarrollo de la industria de cine y todo lo que ella produce: empleos, preparación técnica de mano de obra, movimiento comercial y cobro de una importante suma de impuestos por los servicios que genera el cine.
Con el artículo 39, el gobierno recibe una gran cantidad de beneficios de manera directa, pues cuando un productor extranjero, Vin Diesel o Netflix por ejemplo, viene a filmar a nuestro país, y gasta 100 millones de pesos, se le exonera el 25%, es decir 25 millones, pero los otros 75 millones lo gasta en el país. Y además, de esa cantidad le paga a todo el personal dominicano y todos los servicios que contrata, lo cual implica que el gobierno recibe el 10% de todos los contratados, más el 18% del Itbis de todos los servicios y, a final de año, una parte del 29% de impuesto sobre la renta de todos los contratados por esa empresa o inversionista internacional. Es decir, de esos 75 millones que restan, el gobierno cobra de manera directa e indirecta, más de 30 millones.
La muestra más clara de los grandes beneficios que ha dejado la ley de cine se constata en las cifras dadas por DIGECINE y que están en su página web. En los 12 años de la ley, los ingresos a la economía dominicana en general han sido de alrededor de 9 mil millones de pesos. Si a eso le restamos el monto dado como exenciones y créditos fiscales, que es de aproximadamente unos 6 mil 200 millones, queda un saldo positivo para la economía dominicana de unos 2,800 millones de pesos. Es decir, que la verdad es que la ley de cine en sus diez años de existencia le ha dado un beneficio económico al país de casi 3 mil millones de pesos.
Y si a eso le agregamos que ha fortalecido la industria del cine, que ha generado casi 5 mil empleos directos y unos 10 mil indirectos, que ha traído más 10 mil millones de dólares en inversión extranjera y que ha consolidado la imagen de marca-país, podemos concluir que la ley de cine ha sido de gran beneficio para el gobierno, para el país y para toda la población.
La industria del cine dominicano va por la misma ruta del turismo. El turismo en principios fue ayudada con muchas exenciones fiscales y muchos no creían en ella. Luego se consolidó y se fortaleció de tal manera que hoy es uno de los grandes soportes de la economía. Con el cine, se prevé que suceda algo muy parecido por la ruta que lleva. En poco tiempo, si continúa esa senda de éxito y expansión económica, el cine dominicano será muy pronto uno de los grandes soportes de la economía dominicana. Por todo eso, el gobierno dominicano debe seguir apoyando el cine por la estabilidad y el progreso de nuestra nación”.