La pasada semana el presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), Celso Marranzini, ofreció declaraciones en torno al sistema eléctrico dominicano y se adelantó a advertir a la ciudadanía de posibles y continuas tandas de apagones, alegando una sobre demanda, sobre todo por las noches, producto de la ola de calor que afecta el país.

De hecho, se han producido protestas en algunos lugares, precisamente en rechazo a las interrupciones en el servicio, así como a las altas tarifas que emiten las empresas distribuidoras (Edes) a los usuarios.

Esta advertencia que hace Marranzini es como adelantarse a los hechos y apaciguar cualquier brote de protesta que pueda devenir una crisis mayor o del deterioro en el servicio de la energía eléctrica.

La población estaba desacostumbrada a los tediosos apagones y a estas alturas, volver a lo mismo podría originar descontento en quienes los padecen. Porque lo que más irrita a un ser humano es un apagón por las noches, sobre todo en pleno verano, cuando las temperaturas son muy altas. El humor le cambia a cualquiera.
A pesar de los esfuerzos que se han hecho y quizá hasta buenas intenciones de parte de los gobiernos que hemos tenido en los últimos 50 años para minimizar o terminar con los clásicos apagones, el sistema eléctrico dominicano anda de picada y las excusas para justificar el mal servicio son siempre las mismas.

Anteriormente, se atribuían los apagones a las chichiguas que volaban y quedaban enganchadas de los tendidos o cables eléctricos, luego a las crisis y conflictos de las generadoras, a un aumento de la demanda por el crecimiento poblacional y más recientemente a los cambios climáticos, y a la ola de calor que afecta a muchos países del área, incluido también el famoso polvo del Sahara.

Este año, las predicciones eran que las temperaturas iban a ser muy altas y que superarían las del año 2023, calificado como el más caluroso de todos los tiempos, sin embargo, todo parece indicar que no nos preparamos, porque seguimos padeciendo los mismos problemas relacionados a la generación de energía.

Celso Marranzini decía también que el sistema no está preparado para la demanda, entonces ¿cuándo se pretende estar listo para brindar un servicio de calidad y llevar a cero los apagones? ¿Cuánto dinero vamos a seguir derrochando para solucionar el problema, el cual acarrea grandes pérdidas económicas para el país?

Actualmente, la demanda eléctrica superó hace poco los 80 gigavatios -hora, equivalentes a 3,662.27 MW, de acuerdo con el ministerio de Energía y Minas, y un subsidio que ronda los 1,500 millones de dólares, de acuerdo con las informaciones ofrecidas por Celso Marranzini.

Desde que tengo uso de razón estoy escuchando lo mismo con relación a buscarle una salida al tema eléctrico, se habla de poner en marcha un plan integral que mejore y eficientice el servicio, que haya más transparencia en la gestión, un sistema de cobro que funcione y combata el fraude, mejor infraestructura…sin embargo, siempre caemos en el mismo círculo.

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