El mundo está atravesando por una situación muy difícil, llena de temores, incertidumbre y una grave crisis económica. Eso tiene efectos negativos directos en todos los países. El proceso inflacionario que se ha desatado en el planeta fruto de las crisis combinadas del covid y del conflicto bélico entre Rusia y Urcania, está provocando efectos devastadores en la calidad de vida de la población mundial.
En el caso de la República Dominicana, la crisis económica y la galopante inflación están llevando al pueblo a un nivel de frustración y desconcierto sin precedentes. En estos momentos de duda, incertidumbre y temor, es que resulta más que necesario buscar el apoyo, el amor y el cuidado de nuestro Dios Todopoderoso. Hoy más que nunca debemos entender y asumir el hecho cierto de que nuestro Dios siempre está a nuestro lado y que jamás, sin importar las circunstancias, Él nos abandona.
Dios siempre está con nosotros. Como Padre Celestial en todo momento tiene para con sus hijos amor, consuelo, misericordia y gracia. Nuestros padres terrenales hacen todo por nosotros aquí en la tierra, nos protegen, nos cuidan y nos aman. Nunca un padre terrenal dejará que su hijo sufra o le suceda algo sin entregar todo los que sea necesario para proteger a ese hijo. Si eso es nuestro padre terrenal, aún mucho más lo hará nuestro Padre Celestial. Dios nos ama profunda e intensamente. Él nos cuida y nos protege por encima de todo y contra todo.
En muchas ocasiones somos nosotros lo que nos alejamos de Dios y luego queremos pedirle cuentas porque nos abandonó y nos pasaron cosas difíciles. Dios nunca se aparta de nosotros, somos nosotros los que nos alejamos de Él cuando nos abruman los problemas o las situaciones que no sabemos manejar. Estamos afanados de manera permanente por las cosas cotidianas del mundo, por lo que vamos a comer, a beber, o a vestir. Ese afán cotidiano nos aparta de Dios. En el evangelio de Mateo capítulo 6, versículos del 31 al 33, Jesús dice con claridad lo siguiente: “No se afanen, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tienen necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas serán añadidas.”.
Si buscamos a Dios por sobre todas las cosas y siempre lo tenemos en nuestros corazones, todas las cosas de esta tierra, todo lo que necesitamos para vivir, todo será añadido. Dios es lo fundamental, todo lo demás es secundario y será añadido. Cuando atravesamos momentos difíciles (como la crisis actual, una enfermedad, un proyecto que no se da, la pérdida de un ser querido, graves problemas económicos, una desilusión amorosa, etc.) pensamos que Dios nos ha abandonado, que no nos ama, que nos ha olvidado y asumimos sentimientos de angustia, tristeza y hasta rebeldía, llegando incluso en casos extremos a renegar de la existencia de Dios.
Es necesario entender que precisamente en aquellos momentos de mayor tribulación y desesperación, Dios está con nosotros. Él es nuestro Padre Celestial y nunca nos abandona. Si Él cuida de las aves, la tierra, los peces y todo, cómo no nos ha de cuidar a nosotros, a ti, que eres un hijo especial y querido por Él. No dejes que el dolor o la tribulación momentánea te alejen de Dios, porque nuestro Dios es amor y siempre está contigo para cuidarte y protegerte. En estos momentos tan difíciles de crisis económica, ni en ninguna circunstancia por dura que parezca, nunca, nunca, te alejes del Señor, de su amor, de su gracia y su misericordia. Él es quien creó todo y lo da todo, Él es el principal proveedor y si lo buscas encontrarás la provisión, porque Dios nunca nos abandona y si nos mantenemos unidos a Él, nos dará lo que necesitamos justo en el momento que lo necesitemos.