Parece que los del pasado PLD-FUPU y sus ecos mediáticos están leyendo al revés las encuestas sobre corrupción. En estos días a un vocero que fue a defender el Pato por la Impunidad le pidieron en RCC Media su opinión sobre el hecho de que Luis usara “El Poder de la Honestidad” como idea fuerza que justifica las razones del pueblo para respaldar la continuidad de sus políticas de buena gobernanza.
¿Honestidad? Pero aquí la gente no le da importancia a eso, fíjese que en las encuestas, ese día fue publicada la ACD, el tema de la corrupción ocupa un lejano lugar, respondió.
En esa encuesta, que auspicia el grupo de comunicaciones de Danny Alcántara el de la corrupción tuvo el bajo registro de un 3.8% entre los temas que preocupan a la gente.
¡El tipo razonaba, feliz, que eso significa que el de la honestidad y la corrupción son asuntos que nada o poco le interesan a los electores!
El pobre hombre no sabe que ese rango está referido al presente, lo cual quiere decir que AHORA, en el gobierno de Luis, la gente no lo ve la corrupción como un tema relevante de preocupación.
En realidad está de moda que escribidores y comentaristas que “analizan” los factores que influirán en las elecciones de febrero y mayo, no tomen en cuenta el pesado fardo que tendrá en los candidatos PLD-Fupu el pasado de corrupción, impunidad y desguañangue institucional que caracterizaron sus recientes 20 años de gobierno.
Cuando analizan las posibilidades de triunfo del PRM tienen a mano advertir las inconveniencias que le depara la situación de los precios de la canasta familiar y las derivadas de la delincuencia.
No se entiende cómo incluso gente de muchísimo millaje en el análisis periodístico no repare en que su corrupción del pasado reciente, la impunidad y el desorden institucional penderán como espada de Damocles sobre la reputación de los candidatos PLD-Fupu y aliados.
Por la horizontalidad y velocidad de la información que vivimos, la gente sabe que los precios altos son una tendencia mundial, que vienen de fuera y que Luis trabaja duro junto a las autoridades monetarias para mantener controlada la inflación, que en otros países anda altísima.
Lo ven a Luis semanalmente inyectando cientos de millones de pesos en subsidios para evitar subidas de precios de los combustibles, haciendo sacrificio de inversiones de capital que el gobierno podría aplicar en otros renglones.
Ven a Luis los ciudadanos adoptando medidas por primera vez dirigidas a modernizar y mejorar a la Policía Nacional para que sea parte de la solución y no del problema de la delincuencia, como era antes.
Esa gente no acaba de entender por qué fueron echados del gobierno hace apenas tres años, cuando los electores se jartaron de que ellos y sus queridas y amigotes se dieran la gran vida en yates y aviones privados, en apartamentos de lujo en París y Nueva York.
La gente los conoce y sabe que muchos de ellos llegaron al gobierno en chancletas y en poco tiempo se encaramaron en yipetas, todo ello a costilla del hambre, la miseria y el atraso del pueblo.