La llamaría: Suelta, vive y construye. Parece lógico, no lo es… parece fácil, tampoco lo es.

La vida que tenemos tiene un pasado con el que construimos el presente que vivimos. No siempre ese pasado fue lo mejor. Por otro lado, si nos atamos a él puede ser muy desventajoso para nuestro día a día… nuestro presente.

Concentrarnos en lo que pudo ser o lo que no debió ser es una buena manera de quedarnos estancados. Conocer la realidad, analizarla y saber las consecuencias (que es lo que hoy vivimos) es muy provechoso como primer paso.

Luego, hay que saber que ya no podemos hacer nada y dar pasos para construir contando con lo que somos… ese ente formado con ese pasado vivido.

Al haber soltado el pasado y todo lo que no podemos tener en nuestro control, llega el momento de entender que lo único que tenemos es el presente… es hora de vivirlo. ¿Al máximo? Sí, al máximo que se pueda. Y esta parte es un poco confusa.

Los límites existen. Están definidos por lo que se puede y lo que queremos para un futuro.

–¿Futuro, Diego Sosa?

Todo lo que hagamos hoy influirá en nuestro futuro. Si quiero una buena relación con mis hijos en el futuro, tengo que crearla en el hoy. Si abandono esa parte para dedicarme a mí, porque el máximo mío es hoy, obtendré en el futuro lo que hoy estoy construyendo.

De la misma forma, insisto, que hoy tengo lo que construí cuando esto era futuro, en el pasado.

Una vez solté el pasado y vivo el presente construido, vamos a la parte del futuro, construir.

La vida es linda cuando se vive de la manera que uno la quiere. Para lograrlo hay que hacer inversiones, aunque muchos la llaman sacrificios. Para mí, todo lo que hago o dejo de hacer pero que me lleva a algo mejor en el futuro es una inversión.

¿Puedes tomar hoy tres acciones de manera consciente (no de forma automática) para soltar, para vivir y construir?

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