El proyecto de reforma fiscal presentado por el Gobierno dio mucha lata esta semana que pasó. Además de otros temas que también ocuparon la atención del público, el de la reforma no dio tregua y hasta algunos funcionarios prepararon y ensayaron con antelación las respuestas que iban a dar a los medios en caso de ser abordados por periodistas. Esto para no cometer errores ni ser blanco de memes a través de las redes sociales.

Y es que estamos hablando de una reforma integral que llevaba años engavetada y de la que nadie quería hacerse cargo. Esta vez le tocó al presidente Luis Abinader desempolvarla, trabajarla y presentarla. Muchos argumentan que la reforma era la única vía que tenía el mandatario para corregir los entuertos del déficit fiscal o desbalance económico. Vamos a ver…

Una reforma fiscal integral se refiere al conjunto de políticas y decisiones de tipo estructural o eventual que supone cambios en la forma de obtención de recursos y redistribución de estos para que haya un mejor funcionamiento del aparato del Estado cuando algo no anda del todo bien y se quiere enderezar.

Regularmente este tipo de reforma lleva el apellido integral que significa estar acompañada de una revolución de medidas que compensan o balancean las cargas impositivas que son las que más mella hacen en la población que paga impuestos, y que apunta a una mejoría en la calidad del gasto, así como en programas que favorecen a los segmentos de la población calificados como “pobres”.

Desde que el presidente dio a conocer el paquete fiscal, a través de su ya famoso encuentro con la prensa, LA Semanal, comenzaron a correr por las redes opiniones favorables y críticas. Los opositores fueron los primeros en salir a repeler algunos aspectos del susodicho proyecto.

Mientras que los funcionarios preparaban sus respuestas. Como siempre ocurre cuando se está arriba, todo lo que se haga desde el gobierno, bien explicado, es para el bien común, y punto.

Ya el proyecto está a la vista de todos y depositado en el Congreso para su estudio, pero sepa que esta vez, no habrá Chupulín Colorado. Recuerde que ambas cámaras están dominadas por el partido oficial y posiblemente el proyecto camine sin retranca y sea aprobado en un santiamén. De hecho, el ministro de Hacienda, Jochy Vicente, adelantó que será en enero de 2025 cuando empiecen a aplicarse las medidas.
Con esta nueva reforma integral, el Gobierno se dispone a recaudar más de 122,000 millones de pesos. En 2023, los ingresos fiscales ascendieron a RD$1,071,919.3 millones y el gasto a RD$1,154,485.8 millones, de acuerdo con cifras publicadas por el Ministerio de Hacienda.

Por concepto de pago de intereses de deuda se destinaron RD$213,340 millones, lo que representó el 25.4% de los ingresos. En lo que va de año, la deuda pública no financiera anda por los $57,596.0 y la consolidada en más de 73,000 millones de dólares, de acuerdo con cifras de la Dirección General de Crédito Público.

Por hoy lo dejamos aquí, hagan sus cálculos, mientras yo me pregunto: con todo y reforma, en qué parará la cosa, caballero, en qué parará…

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