Con el paso de los años, el sistema visual cambia en varios aspectos. En este artículo mencionaré algunos de los problemas visuales más frecuentes relacionados con la edad. Quizás el primero es la presbiscia, que ocurre por la pérdida de la capacidad de enfoque del cristalino, empieza por dificultad para leer de cerca, finalmente incluyendo la visión lejana. Se presenta habitualmente desde los 35 -40 años y puede corregirse con lentes o cirugía según el caso. El ojo seco, es también más frecuente con la edad avanzada, ya que las lágrimas se tornan menos eficientes por diversos mecanismos. La catarata aparece habitualmente entre 50 – 70 años. Los síntomas incluyen visión borrosa o apagada, dificultad para conducir o visión en la noche y en algunos casos sensación de visión doble. Inicialmente se trata con corrección de lentes, pero el tratamiento definitivo es la cirugía. Los flotadores, o impurezas de la gelatina del ojo, son también más frecuentes con la edad avanzada. Todos éstos son cambios naturales de la edad.
Sin embargo, existen enfermedades oculares que aparecen con mayor frecuencia en la edad avanzada. Entre éstas, la degeneración macular (llamada asociada a la edad o DMAE). Es un envejecimiento prematuro de la zona central de la retina, que puede acabar en áreas de atrofia/ desgaste (forma seca, más frecuente) o en vasos que liberen líquido o sangre a la mácula (forma húmeda). Los síntomas incluyen trastornos para la visión cercana, distorsión de las formas y objetos y cambios en el contraste. Necesita una evaluación adecuada por el oftalmólogo, ya que muchos casos necesitan tratamiento oportuno. El glaucoma, aunque puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente en la edad avanzada. Da pocos síntomas, salvo en los casos avanzados y necesita diagnosticarse en el examen oftalmológico.
Finalmente, debido a que algunas enfermedades son más frecuentes en edades avanzadas, como la diabetes y la hipertensión, los cambios visuales que producen éstas, también deben ser evaluados por el oftalmólogo con premura. Lo importante, con el paso de la edad, es acudir de forma rutinaria al oftalmólogo, a modo de identificar los problemas que se presenten y ofrecer un tratamiento que mantenga una calidad visual adecuada.