Hemos visto cómo en estos días los venezolanos, cansados de mentiras, represión, hambre e insalubridad, ya no les importa la vida con tal de salir de esta tortura de más de veinte años.
El evento del 30 de abril demostró la ruptura de las fuerzas armadas con la excarcelación de Leopoldo Lopez, el preso del jefe del narcotráfico venezolano Diosdado Cabello.
Muchos entienden que el movimiento para recuperar la libertad fracasó porque no lograron sacar a Maduro del poder, pero realmente estaba todo listo con el apoyo del jefe de las fuerzas armadas Padrino López, que a último momento puso como condición para dar su apoyo que fuera nombrado presidente del gobierno provisional, pasando por encima de la constitución que designa a Juan Guiado.
La crueldad de Maduro quedó mucho más al descubierto y sus eternas mentiras al ver cómo las tanquetas pasaban por encima de civiles sin importarles la vida de mujeres, niños u hombres.
La guerra de desinformación está a todo vapor. Se dice que Maduro se ha pasado gran parte del tiempo en las bóvedas del Banco Central que son antibombas, Jaime Bayley afirmó en su programa que la poderosa Cilia Flores, cuyos sobrinos cumplen cárcel en New York por narcotráfico, está en nuestro país en una mansión de 18MM de dólares, lo cual no ha sido confirmado ni negado por las autoridades, en un mar de noticias falsas que se difunden por los dos lados.
Son amplias las noticias de los hijastros de Maduro gastando el dinero de los venezolanos en costosos hoteles por todo el mundo, fruto del dinero de la corrupción y del narco, en una burla descarada a la pobreza que han sometido a una población que hasta los militares andan por los zafacones buscando que comer.
En un documental se daban datos de la cantidad de vuelos con drogas y cómo se van dejando como vasos desechables las avionetas en la ruta a Honduras con más de doscientos vuelos reportados durante el año pasado.
El involucramiento de los cubanos en los estamentos militares ha generado un descontento en los organismos castrenses, que ha sido aprovechado por la oposición para crear una grieta que difícilmente, ni la represión de Maduro ni el poder del narco, podrán controlar.
Venezuela se ha convertido, no sólo en un problema para los venezolanos, la enorme migración ha afectado a Colombia, Panamá, Florida, nuestro país y muchos otros más. Es la mayor migración de un país latinoamericano con un impacto negativo sobre toda la región.
La situación del gobierno ilegal de Maduro genera una crisis también en Cuba, donde ya los mismos cubanos hacen críticas abiertamente refiriéndose a que los Castro han implementado un régimen de necesidad y represión igual que al que han sometido a los cubanos.
Muchos preguntan ¿cuál será el desenlace? Todo apunta a que el tranque lo generaron Padrino López, que ponía como condición que él fuera el presidente provisional y Diosdado Cabello, a quien no le podían dar garantías debido a las sanciones en su contra por parte de la Oficina de Control de Activos en el Extranjero por sus siglas en inglés (OFAC), acusado de dirigir una red inmensa de corrupción y narcotráfico.
Mientras tanto, Leopoldo López se encuentra en la Embajada española, protegiéndolo de Cabello y siendo un factor importante de apoyo para Guiado.
La presión internacional tiene que continuar porque la situación de los venezolanos dentro y fuera es lastimosa. Profesionales vendiendo dulces en las esquinas de los países donde han emigrado. Internamente, un régimen, que como el ratón acorralado, es más peligroso que nunca y con los militares cansados de ver a una cúpula millonaria y sus familias pasando las mismas penurias que el resto de la población.
Es interesante oír analistas criticar cualquier tipo de acción contra el régimen ilegal; piden a voces que la salida sea negociada, lo cual sería lo ideal, ¿cómo se puede negociar con un cartel de los más poderosos del narco que no quieren y no pueden perder lo que Venezuela les ha significado y por otro lado Padrino López que quiere pescar en río revuelto y convertirse, sin dudas, en el heredero de la dictadura?
Me encanta oír estos analistas que critican la posición de la OEA, critican los países que no reconocen a Maduro, critican el papel de Estados Unidos, pero olvidan la injerencia rusa y cubana.
Nunca los oigo criticar a Putin, que de forma arbitraria adhirió a la Federación Rusa a Crimea y Sebastopol y con relación a Ucrania dijo, “que no planea enviar tropas a Ucrania, pero se reserva el derecho de usar todos los medios para proteger a los rusos en el oriente de ese país”.
¿No podríamos decir lo mismo en nuestro hemisferio? Defender Venezuela para terminar con el triángulo Venezuela, Cuba, Nicaragua, del narco y de la represión, el hambre, las torturas y violación de los derechos humanos. Si lo hace la izquierda está bien, si lo hace la derecha es incorrecto. Ambos casos son criticables, la democracia es el camino de los pueblos, el respeto a las leyes. Pero no la que pregonan los Castro, los Maduro o los Ortega.
