Cerrar este ciclo de artículos hablando sobre mi crecimiento personal y espiritual me llena de alegría. Este 2024 fue un año de autodescubrimiento, un viaje hacia adentro durante el que entendí que el verdadero éxito no está afuera, sino dentro de nosotros.
Al reflexionar sobre este año, me doy cuenta de que fue un período de conexión profunda conmigo misma, lleno de aprendizajes y prácticas que transformaron mi perspectiva. Aquí te comparto las seis cosas que hice para crecer personal y espiritualmente:
- Me inspiré con libros, películas y lugares: Este año busqué alimentar mi alma con historias y experiencias que me hicieran reflexionar. Fue un año en el que tuve algunas de las mejores conversaciones conmigo misma. Cada libro que leí, cada película que vi y cada lugar que visité me dejó una lección o una emoción que llevé conmigo.
- Viajé sola: Por primera vez, en mi vida adulta, me regalé un viaje en solitario, pero no por negocios, sino por puro placer. Descubrí quién soy cuando nadie más está mirando, y la persona en la que me estoy convirtiendo me hizo sentir orgullosa. Mi único arrepentimiento fue no haberlo hecho antes.
- Practiqué gratitud diariamente: Cada noche recitaba tres cosas por las que estaba agradecida, y poco a poco este hábito se volvió automático. A lo largo del día, me encontraba reflexionando, casi sin darme cuenta, sobre lo afortunada que soy. Este pequeño cambio transformó completamente la forma en que veo mi vida.
- Comencé mis días con calma: Reservé tiempo para estar presente y enfocarme en mi respiración cada mañana. No más prisas ni caos al despertar. Mis mañanas se volvieron momentos de paz, lentos y en silencio, lo que me ayudó a reducir la ansiedad y vivir con más calma.
- Aprendí algo nuevo: Este año me inscribí en un curso sobre un tema que siempre me apasionó, pero que nunca había explorado. Permitirme ser principiante otra vez fue refrescante y emocionante, una forma de recordarme que siempre hay algo nuevo por aprender.
- Ayudé a otros: Involucrarme en proyectos de impacto social me recordó lo importante que es dar y recibir. Ayudar me llenó de propósito y me conectó con una comunidad que comparte valores y deseos de cambio positivo.
Este pasado 2024 me enseñó que crecer no significa hacerlo todo perfecto, sino estar dispuesta a aprender, caer y volver a intentarlo.
Gracias por acompañarme en este viaje de reflexiones y aprendizajes. Te deseo un 2025 lleno de salud, abundancia, amor y crecimiento. Estoy lista para lo que venga, y espero que tú también lo estés.
¡Feliz año nuevo!
Nos vemos en el futuro, listos para construir nuestra mejor versión.