¡Hola, queridos lectores de elCaribe! Así como soy persona una preocupada por la buena ortografía oral y escrita, se ha sumado otro tema crucial de cara a los nuevos tiempos al que debemos prestar atención todos.
Me refiero a la inteligencia artificial, que ciertamente trae buenas herramientas para la humanidad y su desarrollo en términos tecnológicos, pero también preocupa el uso que le están dando algunos delincuentes y personas con faltas de ética para dañar.
Sé que muchos han recibido algunos videos de advertencias sobre los clones digitales, herramienta a través de la cual pueden utilizar tu voz y tu rostro para estafar y promocionar productos de manera ilegal.
Y ustedes dirán, qué hago hablando de un área que no me compete, pues sepa que esto nos compete a todos los seres humanos que asumimos el compromiso de edificar a la ciudadanía para que se cuide de los peligros a los que estamos expuestos con estas nuevas tecnologías.
Sucede que el destacado periodista Jorge Ramos ha sido víctima del uso indebido de inteligencia artificial: su voz y su imagen fueron clonadas y están creando publicidad engañosa haciéndose pasar por él.
“Si hay un comercial conmigo, es falso”, advierte en el programa “Al Punto”, de Univisión, el colega Ramos, quien contó que se dio cuenta de que algo pasaba cuando algunas personas se le acercaron para que les “vendiera una pastillita”.
A solo un clic alguien puede utilizar la voz y la imagen de tus hijos, tus nietos o de un ser querido cercano que te duela para estafarte, esa es la advertencia que he querido hacer a través de este escrito.
Recuerdo que alguien, hace muchos años, llamó a mi madre para decirle que me había ocurrido un accidente y necesitaban dinero para ofrecer más detalles, ella no cayó porque optó por llamarme de inmediato. Ciertamente esta es una modalidad muy conocida y la mayoría de la gente la conoce, pero lo que está ocurriendo con la IA (inteligencia artificial) es preocupante ante una sociedad como la nuestra, análoga en un alto porcentaje.
No sé qué medidas adoptarán los gobiernos al respecto para concientizar a la población y educarla al respecto, pero lo único que veo es a padres y madres que crían a través de pantallas y exponen no solo su intimidad, sino hasta la de sus propios hijos sin medir consecuencias.
Finalmente, sé que las figuras públicas la llevan difícil porque la exposición es parte de su trabajo, pero procuro con este escrito alertar sobre las consecuencias de exponernos indiscriminadamente y poner en bandeja de plata nuestros más íntimos detalles.
¡Gracias por leerme!