Uno de los grandes retos del gobierno del presidente Luis Abinader ha sido enfrentar con eficacia la crisis del covid, y las duras consecuencias que en términos de salud y economía se han provocado. La disyuntiva ha sido saber combinar acertadamente las medidas de seguridad y la necesaria apertura de la economía.
Ante la paralización en el año 2020, se convirtió en una gran necesidad provocar la dinamización del proceso productivo, la creación de empleos y la restauración de la confianza en la economía. Ante eso, el presidente Abinader vio como una salida inmediata producir un rápido y amplio proceso de vacunación. Le hizo el pago de millones de dólares adelantados a los laboratorios de Pfizer, en Estados Unidos, y de Astrazeneca, en Inglaterra, para que nos entregaran de manera inmediata las vacunas que ya estaban poniéndole a sus poblaciones. Pero ambos nos timaron. Hace más de ocho meses que se les hizo el pago y no han enviado las vacunas contratadas.
Con ese panorama que ponía al gobierno dominicano en una situación muy difícil, la República Popular China se convirtió en la tabla solidaria de salvación. China en un primer momento donó una gran cantidad de vacunas Sinovac, luego nos garantizó de forma permanente millones de vacunas, mientras las que ya habíamos pagado a otros países no llegaban. La actitud solidaria de China ha sido el factor clave para que el gobierno dominicano haya podido realizar uno de los más efectivos procesos de vacunación en América Latina. Con justa razón el presidente Abinader llamó en esta semana al presidente chino Xi Jinping, para darle las gracias por su apoyo y solidaridad con la vacunas.
Esa actitud solidaria de China es consecuencia del inicio de las relaciones diplomáticas con nuestra nación, una heroica y correcta decisión tomada en mayo del 2018 por el presidente Danilo Medina. Cuando el gobierno anterior tomó esta audaz decisión, nadie podía imaginarse que el mundo caería en una pandemia que frenaría la economía. Y por esas ironías de la historia, el actual gobierno ha podido lograr un proceso exitoso de vacunación, elemento clave para dinamizar la economía, debido a la visión que tuvo Danilo de abrir un camino de entendimiento con China.
Esta muestra de solidaridad del gobierno y el pueblo chino con nuestro país, debe convertirse en el punto de partida para ampliar nuestras relaciones comerciales, políticas, culturales, deportivas y de toda índole. China es un mercado de más de mil millones de consumidores con capacidad para comprar, y un mercado así cualquier país del mundo quisiera tenerlo. Es la segunda economía del mundo y la mayor en cuanto a poder adquisitivo de su población. Asimismo, China es el país que más turistas envía al mundo, por lo que en términos de mediano y largo plazo, eso podría convertirse en un apoyo e impulso a nosotros como potencia turística del Caribe y Latinoamérica.
Con esta acción solidaria de China se abren grandes perspectivas económicas para la República Dominicana, si sabemos manejar con acierto esa relación. China es un destino muy beneficioso para todos nuestros productos. Confiamos que el actual gobierno sabrá actuar con inteligencia y firmeza, para seguir ampliando la relación con la nación que ha sido la más solidaria en este momento de crisis.