Una maestra en Chile después de 30 años de labor al pensionarse puede terminar sus días pidiendo en las calles para cubrir sus necesidades diarias. Lo dicho no es mera especulación, es el testimonio de Mario Aguilar Arévalo, dirigente magisterial chileno, en su intervención en un encuentro internacional sobre legislación educativa comparada realizado en la República Dominicana los días 10 y 11 de diciembre de 2018.
En otra ocasión Hugo Hertel, también dirigente magisterial chileno, me comentaba su experiencia con una maestra compañera de trabajo, la que se pensionó y dos años después iba al mismo centro educativo a vender arepas, ante su difícil situación económica.
En la República Dominicana una maestra después de 30 años de labor ininterrumpida se puede pensionar con el 100% del salario promedio del último año, en la actualidad más de 5 veces el salario mínimo, al tiempo de recibir además el equivalente a 25 sueldos.
Las pensiones de las y los educadores tanto en Chile como en la República Dominicana pueden tener diversas y hasta encontradas interpretaciones; pero es difícil aceptar que una educadora o un educador ya en su retiro, estén condenados a una vida miserable.
Aun así, Chile es el país del mayor Índice de Desarrollo Humano de la región y se proyecta que acuerdo a sus estadísticas tanto de desarrollo humano, como económicas, que en pocos años podría considerarse como país desarrollado.
Significa que lo dicho comparado con los patéticos ejemplos de las pensiones a educadoras y educadores, refleja -entre otros- un grave problema de inequidad que obliga a un profundo replanteo del rol del Estado, para que sea garantía de un auténtico desarrollo.
Las constantes manifestaciones de protestas con muertes, heridas y encarcelamientos en Chile en los últimos años son la evidencia de un Estado que requiere reformarse profundamente.
De esas tan extremas incongruencias de Chile no se puede exculpar políticamente a las llamadas centro izquierda y centro derecha, pues ambas han tenido la oportunidad de gobernar el país por más de un período presidencial.
El histórico referéndum del 25 de octubre en el que se dio en más de un 78% el sí a la elaboración de una nueva Constitución del Estado que suplante la de 1980, es el inicio de un proceso para una ya inaplazable y profunda transformación que de seguro ha de convertir a Chile en un referente de verdadera evolución social para la región y el mundo.
En las complejidades y desafíos de la evolución social humana en aras de superar una historia tan terrible como la de tantos… Chile eleva su vuelo.