Los dominicanos nos preparamos para celebrar las fiestas navideñas con toda la alegría y brindando más amor a nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo. También, es tiempo de compartir con los demás lo mucho o poco que tengamos.
Sin embargo, en medio del jolgorio y las celebraciones debemos pensar que hay más días después de diciembre, con necesidades y compromisos, que requerirán de dinero para cumplirlos.
Y por encima de cumplir con esas necesidades y compromisos, debemos, de forma consciente, continuar ahorrando o comenzar a hacerlo para tener un futuro más liviano, en un país donde la seguridad social es muy débil y no beneficiará a todos los ciudadanos de este tiempo.
El mandato de ahorrar por lo menos el 10% de lo percibido cada mes debemos ahora multiplicarlo por 3 y convertirlo en un 30%, para no sufrir la resaca por el gasto excesivo en enero próximo, como suele suceder a muchas personas.
Además, antes de iniciar los gastos del doble sueldo, un bono u otros recursos obtenidos en este fin de año, debemos invertir en la compra de algún artículo importante para nuestro hogar, como una estufa, nevera u otro que haya agotado su tiempo de vida por el degaste que presenta.
Asimismo, puede ser el momento de iniciar un proyecto para el nuevo año, como la compra o remodelación de la vivienda, o la adquisición de un automóvil, para lo cual necesitamos usar los recursos de manera comedida.
Las fiestas de fin de año no pueden obnubilar nuestra cabeza o razón consciente para priorizar los asuntos materiales importantes por encima de los pasajeros, sin dejar a un lado la tradición.
Celebremos las fiestas de fin de año brindando más amor y cariño a nuestra familia, amigos y compañeros, sin excesos, por el bien común.