Es conocida la teoría de los investigadores de delitos de que para esclarecer quiénes pueden ser los posibles responsables de un crimen, lo primero es determinar a quién beneficia el hecho.
Si miramos hacia el banquillo de los acusados donde son investigados por corrupción, en sus distintas vertientes, pasados funcionarios de los gobiernos del PLD.
Si tomamos en cuenta los tantos escándalos que se produjeron durante las dos décadas de los 5 gobiernos que conceptualizó Leonel Fernández, 3 de los cuales presidió.
Ponderando que ante la sospechada dimensión de la depredación del erario que produjeron esos gobiernos el pueblo se sintió obligado a lanzarse a las calles a protestar en las grandes marchas verdes contra la corrupción y la impunidad.
Resultando que esos casos conocidos y otros no conocidos por el gran público, pero que saldrán a la luz pública en la medida en que se vaya desenliando la madeja del pesado y sórdido manto doloso.
Evidenciándose que en esos gobiernos se tejieron delincuenciales esquemas de funcionarios vinculados con alegados y voraces empresarios que no tienen otra ley que la del enriquecimiento acelerado.
Calculando que sólo en unos pocos de los tantos casos de corrupción de que se habla los montos estimados se encaminan a los 100 mil millones de pesos.
Tomando en cuenta que a lo largo de los 20 años de gobiernos del PLD y de parte de lo que hoy es la Fupu operaron varios entramados de estafas al estado, podemos proyectar preliminarmente que el monto total de lo esquilmado a los fondos públicos podría estar aproximándose a los RD$500,000.000,000.00 (quinientos mil millones de pesos).
Siendo esa cantidad suficiente dinero para haber sacado a decenas de miles de hacinados de villas miseria y alojarlos a todo confort en al menos 5 urbanizaciones como la Ciudad Juan Bosch, a vivir con todos los servicios a que tienen derecho todos los ciudadanos a estas alturas del desarrollo habitacional.
Ahí está la explicación del crimen y sus beneficiarios que ha sido cometido al desarticular, dividir y llevar al pleno de la Cámara de Cuentas a un estado de ingobernabilidad, como lo hicieron con la anterior directiva.
Lo que hay es que los políticos y sus cómplices que incurrieron en las grandes estafas descritas buscan borrar, disimular, “maquillar”, las evidencias de todos sus desafueros.
Eso es lo fundamental del crimen en que ha incurrido esa gente haciendo inoperativa a la Cámara de Cuentas. Todo lo demás es accesorio, cosmético, anecdótico, cuentos de camino, leyendas urbanas.