Apreciado Presidente y amigo:
En estos días tan difíciles he pensado y orado por Usted y por todos los presidentes del mundo. Ninguno, al momento de jurar para el cargo de más responsabilidad en un país, soñó que tendría que lidiar con una pandemia de estas consecuencias.
Cuando Usted presentó sus memorias el 27 de febrero ante la Asamblea Nacional, en momentos que la economía mundial reportaba un crecimiento extraordinario, nadie podía soñar la crisis que se nos avecinaba a todos.
Ningún país estaba preparado, ni los más desarrollados y mucho menos los que somos parte de las economías en desarrollo. No tenga temor a las críticas, no importa lo que haga, habrá siempre alguien que desde las gradas cree que puede hacerlo mejor, eso nos pasa hasta en nuestras propias empresas.
No hay recetas ni proyecciones capaces de predecir cuándo terminará y mucho menos cuánto nos costará esta pandemia.
Usted sabe, que más que empresario mis sueños son la Asociación Dominicana de Rehabilitación, por lo que siento por haberlo vivido en los que necesitan terapias para ser útiles a sus familias y a su país y por el trabajo de mi madre. Así como lo es Hábitat para la Humanidad, que sé que compartimos el sueño común con Usted de una vivienda digna para cada dominicano.
La semana pasada tocaba la reunión del Consejo Internacional de Hábitat para la Humanidad, que debió ser celebrada en Atlanta, pero que dadas las circunstancias y adaptándonos a los nuevos tiempos realizamos vía teleconferencia. Hombres y mujeres con una misión de fe y de lograr reducir el enorme déficit de viviendas a nivel mundial.
Muchos se preguntaban, ¿Cómo llevar a cabo nuestra misión? Mi conclusión es basada en el principio de que todo en la vida por tremendo que parezca tiene una enseñanza, que esto es una señal más de la necesidad que todos los hombres y mujeres tengan un lugar digno donde vivir. ¿Cómo pedir a personas apiñadas en un cuartucho que permanezcan encerrados durante una cuarentena? ¿Cómo evitar los embarazos en adolescentes, si viven en condiciones de hacinamiento y sin privacidad los padres o pareja de la madre? ¿Cómo pretender que tengan salud? ¿Cómo pretender que puedan estudiar por más que se haga el esfuerzo de tandas extendidas, desayunos, meriendas y comidas?
Esto nos permitiría, pasada la pandemia, realizar el proyecto de viviendas de muy bajo costo más importante de nuestra historia, generando miles de empleos y un factor multiplicador en miles de sectores en la economía que estarán requeridos de mucho oxígeno.
Si algo tiene de lección esta pandemia es que nos enseñará, a gobernantes y gobernados, a ser más solidarios, más humildes, mejores ciudadanos.
Muchos nos preguntamos: ¿cómo aportar en estos momentos? Los problemas son de corto, mediano y largo plazo. Los empresarios, como parte de la sociedad, estamos tan preocupados como el que más.
Cada día sobre el aprendizaje del día anterior, se toman nuevas medidas. Algunos pensamos que, dado que se avecina el período de Semana Santa, sería conveniente un toque de queda total con excepción de servicios de comida y salud.
Su preocupación, como la nuestra, es mantener el empleo no sólo para evitar hambre en nuestros conciudadanos, sino para mantener un aparato productivo preparado para el momento en que las condiciones permitan volver a trabajar. Se prevé un enorme crecimiento de las economías para el último trimestre del año, del cual, nosotros como país, debemos ser parte.
La intención de muchas empresas grandes y medianas es mantener el empleo. Vi que se hizo público, y entendiendo lo importante que es el programa (FASE). Me permito sugerir que ese aporte no sea sólo para empleados suspendidos. Así como ha sido el interés del sector público de pagar salarios completos a sus empleados por igual queremos muchas empresas de tener mecanismos que nos lo permitan porque nuestros ingresos se han visto limitados abruptamente.
Lo ideal sería que (FASE) cubra por 120 días el salario mínimo sectorial y que a las empresas que mantengan sus nóminas y estén al día con sus cotizaciones a la TSS se les otorgue algún crédito fiscal del salario pagado. Esto sólo aplica para las empresas que han sido afectadas en sus ventas.
Es importante la extensión del plazo para inscribirse en (FASE).
La TSS ha eliminado los cargos y moras por un período de cerca de cuarenta y cinco días (45). De nuevo, como forma de preservar el empleo, mi sugerencia sería que para las empresas que mantengan en nómina a sus empleados se les exima del pago por un período de 120 días, por igual el pago del seguro de accidentes de trabajo y del Instituto Técnico de Formación Profesional, afectando positivamente al empleador que paga por esos servicios.
Uno de los problemas más serios que enfrentaremos si no pagamos a los suplidores es la suspensión por parte de estos de los seguros de exportación, con lo cual la economía se vería afectada porque los empresarios tendríamos que comprar pagando por adelantado. Esta disminución del crédito presionaría la tasa de cambio en momentos donde más que nunca necesitamos estabilidad.
Para esto se hace necesario agilizar la liberación de los fondos del encaje para que estas empresas cumplan con sus compromisos. Mejorar la liquidez del Banco de Reservas, como del sector bancario privado, para que puedan comprar facturas que nos permitan responder con compromisos internacionales.
Otra medida que nos ayudaría en momentos de extrema iliquidez es, por un período de 120 días poder pagar el ITBIS al momento de la venta y no al importar, así nuestros inventarios no se verían afectados con esta necesidad de financiamiento adicional.
El 1% sobre activos y los anticipos deben ser revisados porque pueden ser razón para descapitalizar aún más las empresas que han visto sus ventas seriamente comprometidas.
Las personas físicas, profesionales liberales han visto sus ingresos mermar de forma significativa, reducir el 10% de impuesto a un 1% por 120 días.
Un fondo no menor de 300 millones de dólares, para apoyo de las pequeñas empresas, salones, barberías, restaurantes, talleres.
Señor Presidente, en estos momentos tan duros, necesitamos trabajar todos juntos sin importar el color, olvidando diferencias, nosotros las tenemos también en el sector empresarial y estamos claros que es momento de unión. Es momento de apoyar a los que hoy no saben qué llevar a la mesa, los que aún no tienen un lugar que llamar hogar. Preservar el aparato productivo para pronto volver a ser el orgullo que somos como dominicanos.
Cuente con nosotros, en diferentes formas. Sin ser parte de un partido político he participado en varias administraciones distintas y apoyado en mi dilatada carrera como sindicalista empresarial todas las iniciativas que van a favor del país.
El Papa Francisco decía y en estos momentos tan difíciles una frase muy importante “No temas al tiempo, porque nadie es eterno. No temas a las heridas, porque te hacen más fuertes. No temas al llanto, te limpia el alma. No le temas a los retos, te hacen más ágil. No temas equivocarte, te hace más sabio. No le temas a la soledad, porque Dios está siempre contigo”.
Por favor, Presidente, tome todas las medidas de protección necesarias para usted y su familia,
Con mucho afecto,
Celso.