La gran prensa escrita estadounidense, tradicionalmente ejemplo de ejercicio independiente dentro y fuera de sus fronteras, está estremecida por un revuelo y cuestionamiento a fundamentos medulares, tras la prohibición de la publicación de un editorial en que el periódico The Washington Post endosaba a la candidata presidencial demócrata Kamala Harris.
Una ruptura abrupta con una tradición de 48 años, por orden de su actual propietario, Jeff Bezos. Exdirectores del diario, la mayoría de sus columnistas y los que destaparon el caso Watergate lo han calificado como un acto de cobardía. Es una muestra de cómo el poder económico influye en las decisiones cruciales de periódicos y lacera su independencia.