La “Panthera” ha devenido en una operación que al ser un tanto clarificada ante los cuestionamientos surgidos, ha generado más preguntas que respuestas. Los nombres y estaturas de los implicados no parecen ni siquiera aproximarse al cerebro principal que pudo haber planificado toda la estructura criminal como para mover 9.8 toneladas de cocaína. A pesar de estas dudas, la captura en sí del gran alijo, probablemente el más grande capturado en la región y uno de los más importantes a nivel mundial, merece reconocimiento por ser un duro golpe al narcotráfico. Sin embargo, todo esto deja una experiencia que debería ser aprovechada para un mejor manejo informativo en el futuro.